¿Cómo fortalecer la autoestima?
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¿Cómo fortalecer la autoestima?
El caso de Serena Liechti volvió a evidenciar cómo los estereotipos de belleza que impone la sociedad producen mucho sufrimiento a quienes "no responden" a ese "ideal". Una especialista nos cuenta cómo sentirnos bien con nosotros mismos.
Por Patricia Carranza (M.N 13905)
Licenciada en Psicología
Los estereotipos de belleza son producto de la acción de diversas fuerzas sociales donde empresas y medios de comunicación logran transmitir a los consumidores un tipo de “belleza ideal”.
Desde la cuestión específicamente psicológica, es fundamental partir del fortalecimiento de la autoestima personal. Como afirmó Paracelso, el médico, alquimista y astrólogo más célebre de todos los tiempos, “la personalidad lo es todo”.
La psicoterapia puede ofrecer herramientas para prevenir ser víctima de estereotipos que producen mucho sufrimiento en niños y adolescentes. También existen instrumentos para superar situaciones traumáticas para quienes atravesaron episodios de discriminación.
Hay personas que durante su infancia obtienen un crecimiento seguro que le aporta herramientas para fortalecer su autoestima. Existen otras, que no tienen la misma experiencia y en momentos claves de la vida, como en la adolescencia, esa base más débil se exterioriza a través de sentimientos de inseguridad personal y que pueden acompañarla toda la vida. No obstante ello, “la historia no es el destino”.
Las preguntas que surgen de manera espontánea serían: ¿cómo se fortalece la autoestima? ¿cómo se supera una situación traumática?
Lo más fundamental es salir de la trampa que implica pensar que “lo que se ve” es más importante que lo “que se piensa o se siente”. ¿Quién dijo que la imagen vale más que todos los demás atributos de la persona?
Todos somos imperfectos y tenemos debilidades así como dones y belleza personal. Por ello es necesario no ser tan sensible a la opinión de los demás y estar orientado a descubrir interiormente nuestras propias fortalezas. La cuestión no pasa por atacar al otro o estar todo el tiempo defendiéndose de las opiniones ajenas, sino en estar atento a crecer internamente a partir del descubrimiento de los propios dones. En la adolescencia esto es clave.
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