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Construyendo «Mr. Robot»

Mr Robot, jueves, a las 23, por Space.

En el segundo piso de un deposito devenido oficina en una zona industrial de Brooklyn, detrás de una puerta de vidrio que dice EVIL CORP, el hombre a cargo del programa de televisión más inventivo, cinematográficamente deslumbrante e inquietante del momento, trabaja durante un domingo maravilloso. "Perdoná por el olor a comida mexicana", dice Sam Esmail. "Almorzamos burritos."

El alto y nerd Esmail, de 38 años, es el creador de Mr. Robot: el tecno-thriller de temática hacker que salió de la nada (del canal USA Network, ni más ni menos) para volverse la revelación de 2015. Con un guión electrizante sobre un grupo de hackers estilo Anonymous llamados fsociety, que trama la destrucción del capitalismo global, el programa no sólo tomó prestadas cosas de las noticias, sino que muchas veces las predijo. Como cuando el protagonista de Mr. Robot, Elliot Alderson, ese ciberjusticiero tan brillante como problemático, hackeó la cuenta de Ashley Madison de alguien, y semanas después alguien hackeó el sitio de verdad.

En la segunda temporada, que se estrenó el 13 de julio pasado, Esmail espera satisfacer las enormes expectativas con una historia que profundiza en la enfermedad mental y la revolución económica. Pero este año se comprometió a una tarea aún más complicada: dirigir él todos los capítulos de la temporada. Es una proeza de la que hay antecedentes en la televisión prestigiosa (True Detective, The Knick), pero cuyos directores no estaban, al mismo tiempo, co-escribiendo todos los episodios. Esmail dice que de hecho es más eficiente que él dirija todo, porque es un obsesivo del control. pero eso no significa que sea fácil. En enero, cuando Mr. Robot se llevó el Golden Globe al Mejor Drama -amargando a monstruos del rating como Empire y Game of Thrones- Esmail festejó con un milkshake con su prometida (la actriz Emmy Rossum), y después se tomó un avión a Nueva York para volver a la sala de guionistas. "No sé cuándo me voy a quebrar", dice riéndose. "Se acerca."

Rami Malek, quien hace de Elliot en el programa, dice que cuando Esmail le contó los planes para la segunda temporada, "mi primera respuesta fue: '¿Estás seguro de que querés hacer esto?' Sam me dijo: 'Puede que se caiga a pedazos. Pero creo que va a funcionar'".

El programa, co-protagonizado por Christian Slater como el Mr. Robot del título, está inspirado en la crisis financiera de 2008 y en la Primavera Arabe. Esmail al principio la pensó como una película, pero cuando llegó a la página 90 del guión y todavía no había terminado el primer acto, decidió reescribirla para la tevé. La propuso en AMC y HBO pero, dice, USA Network fue la única cadena que le ofreció hacer Mr. Robot exactamente como era. Esmail sospecha que a los ejecutivos los desalentaban la oscuridad y la interioridad del programa (el protagonista es mentalmente inestable, un solitario adicto a la morfina que muchas veces llora hasta que se duerme), además del hecho de que -como le dijeron más de una vez- "la gente escribiendo en un teclado no es interesante".

Y después está ese título, que suena como una comedia tonta sobre un amigo androide de los 80. "Todo el mundo me decía: '¿En serio? ¿Querés ponerle así?'", dice Esmail. "Pero yo estaba bastante decidido. Me acuerdo de cuando era chico en los suburbios de Nueva Jersey, y veía las tiendas de computadoras con nombres malos como 'Caos de motherboards', y cosas así. Me pareció que era la onda perfecta para esto."

Gran parte de Mr. Robot está inspirada en la vida de Esmail. "Yo era un marginal", dice. "Soy egipcio, y mis padres decidieron, estúpidamente, que nos mudáramos a Carolina del Sur cuando yo tenía 5 años, lo cual fue brutal. Me decían: 'Negro de la arena' todo el tiempo, tanto que yo ni sabía que era un agravio. Yo sólo pensaba: eso es lo que soy." Incluso después de regresar a Nueva Jersey, mientras cursaba en el colegio secundario, a Esmail le pegaban bastante. "La gente pensaba que yo era raro, que hablaba raro. Mis padres eran musulmanes estrictos, y no les daba vergüenza mostrarlo. Terminé llevándome mucho mejor con mis amigos negros, porque tenía una suerte de vínculo con ellos que no tenía con los blancos."

Quizá no sorprenda, considerando el tema del programa, que Esmail también sea un nerd de las computadoras que solía socializar a través de "un BBS [bulletin board system] muy rudimentario basado en textos", anterior a Internet. A los 9 años, recibió como regalo una Commodore 64 y "copiaba programas, y muchas cosas que no se supone que hagas con una Commodore 64". Empezó a programar un par de años después, pero dice que no era nada bueno: "Se me ocurrían ideas para hacer programas. Pero no tenía la paciencia para sentarme a programar".

Por suerte para Esmail, también es un geek de las películas que, a los 14 años, organizó un pernocte con amigos para mirar todas las películas de Stanley Kubrick. En la Universidad de Nueva York se graduó en cine, pero también estudió computación, un adelanto apropiado de lo que está haciendo ahora. Después de recibirse, empezó una compañía llamada Portal Vision, que construía programas para proveedores de servicios de Internet que eran fáciles de usar, como AOL (esto fue en 1998), y después se la vendió a los competidores de AOL. "Hicimos seis millones, y dirigí la compañía durante dos años", dice Esmail. "Y después, en 2000, quebramos con la crisis." Volvió a la escuela de cine, y dirigió su primera película independiente en 2014, Comet. En la misma época empezó a escribir Mr. Robot.

Además de todo lo relacionado con las computadoras, algunos de los elementos más oscuros de la serie también están basados en Esmail. "Una de las cosas más grandes de mi vida que se superpone con la de Elliot es que yo tengo una ansiedad social tremenda", dice. Menciona una escena en la que Elliot se queda en la puerta de un bar durante el cumpleaños de una amiga, mirando por la ventana, con miedo de entrar. "Yo hice lo mismo muchas veces: podía llegar hasta la puerta del lugar, y después irme", dice. También asegura que la adicción de Elliot a la morfina -que el personaje usa para automedicarse- salió de su propia vida. "[La ansiedad] tiene mucha soledad, y eso produce mucho dolor", dice Esmail. "Tuve suerte, y pude dejarla; no tuve que ir a rehabilitación. El problema que sea que tengo, me alegra poder dejarlo a un costado."

Un par de mañanas después, el equipo de Mr. Robot está en el midtown de Manhattan para filmar una escena del primer capítulo de la temporada 2, en una elegante habitación de hotel que da a Times Square. (El vicepresidente Biden se está alojando aquí, y le lleva un tiempo al Servicio Secreto revisar todo.) Esmail -apoltronado en su silla de director usando los mismos jeans y el mismo buzo con capucha negro de dos días atrás-, dice "acción" y tres actores que hacen de ejecutivos de Evil Corp se lanzan a una tensa conversación sobre codificación digital y ransonware que sugiere que los hackers de la fsociety no han terminado todavía con ellos.

La primera temporada de Mr. Robot -y aquí va un spoiler, en caso de que no la hayas visto- terminaba con la fsociety hackeando Evil Corp y borrando deudas de millones de dólares, al mismo tiempo que empujaba al sistema financiero internacional a un colapso. Esta temporada, que Esmail promete que será "más oscura", empieza 30 días después, con el mundo aún tratando de procesar las consecuencias. "Disparamos, y explotó la bomba", dice Esmail. "Las reacciones y las consecuencias irán en todas las direcciones."

"Lo que hace este programa, y es muy bueno, es que creamos todo este desplome financiero y revolucionamos a la sociedad, pero también nos hacemos cargo de los efectos colaterales", dice Malek. "No es como estas películas de superhéroes en las que explota toda esta parte de Nueva York y nadie tiene que limpiar los escombros. Sam se pregunta: '¿Quién va a limpiar los escombros?'"

Mientras tanto, Esmail promete que los giros esenciales de la primera temporada -que Mr. Robot es sólo un producto de la imaginación de Elliot, una proyección alucinatoria de su padre muerto hace mucho tiempo- es meramente un punto de partida. "Mucha gente [cuando leyó el guión], me decía: '¿Por qué no lo hacés como una película que termina con esa revelación?'", dice. "Eso no me interesaba. Quería hacer más cosas con las repercusiones: ¿Qué hacés cuando te das cuenta de que tenés este trastorno? Tiene que haber mucha negación, mucha vergüenza y mucho desprecio por uno mismo. Así que de eso se trata la segunda temporada: ver a Elliot intentando entender: A) ¿Podés vivir con esto? y B) Si no podés, ¿qué vas a hacer al respecto?"

Por Josh Eells

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