Este 24 de marzo no es un feriado más, es un día de profunda reflexión sobre el golpe cívico militar que produjo el mayor genocidio humano , económico y social de la Argentina.
El pueblo Argentino reafirmó mayoritariamente Nunca Más a la dictadura cívico militar.
“Ni muerto, ni vivo: desaparecido” dijo en 1978 Rafael Videla como presidente de la junta militar a los medios de prensa internacional, asumiendo la triste autoría de esta siniestra figura de la represión.
La defensa de la democracia, se reconoce en la lucha de los organismos de derechos humanos, de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, con sus pañuelos blancos, marchando junto al pueblo por la aparición con vida de sus hijos y nietos, la libertad de los prisioneros políticos, la devolución de los bebés nacidos en cautiverio, el juicio y castigo a los culpables y la vigencia de los derechos humanos como política de Estado.
A pesar de que en la década del 90, el Congreso Nacional aprobara las Leyes de la Vergüenza “ Obediencia debida y Punto final” , no hubo tregua ante los intentos oficiales de reemplazar a la memoria por el olvido, la justicia por la impunidad y la verdad por la mentira.
Aquel histórico 24 de Marzo de 2004 en el acto realizado en la ESMA, el presidente Nestor Kirchner, pidió perdón en nombre del Estado argentino y asumió el compromiso del Poder Ejecutivo por la derogación de las Leyes de la Vergüenza y la reapertura de los juicios de lesa humanidad.
Como diputado nacional reafirmo mi compromiso y apoyo a la recuperación de las identidades robadas y por la continuidad de los juicios con cárcel común para los responsables militares y los cómplices civiles.
Ni un genocida libre por las calles de Salta y el resto del país.
Mi compromiso inclaudicable por memoria, verdad y justicia.