Éste viernes 26 de Julio, a horas 20:00, se realizará el acto oficial en Av. 20 de Febrero y San Martin. Ciudad de Tartagal.
El 26 de julio de 1952, María Eva Duarte de Perón, más conocida como «Evita», falleció a los 33 años en la ciudad de Buenos Aires.
Su vida fue tan mítica que inspiró uno de los musicales más populares de la historia. Sin embargo, lo que fue casi tan novelesco como su fugaz vida fue la odisea de más de 20 años que padeció su cuerpo después de su muerte.
Eva Perón, convertida en la “abanderada de los humildes”, falleció a causa de un cáncer de cuello de útero. El fervor que generaba y su importancia simbólica para el peronismo llevaron a que el Congreso le otorgara el título de “Jefa Espiritual de la Nación” poco antes de su muerte. Su esposo, Juan Domingo Perón, quería que su cuerpo fuera embalsamado y que sus restos descansaran en el “Monumento al descamisado”, un faraónico panteón que iba a ser construido especialmente para ella.
El prestigioso anatomista español Pedro Ara fue encomendado para la conservación del cuerpo, pero convertir a Evita en “una estatua” tardaría muchos meses más. Mientras se planificaba la construcción del mausoleo, el médico realizaba sus tareas en el segundo piso de la Confederación General del Trabajo (CGT), donde había sido llevado el cuerpo tras el histórico funeral. Sin embargo, los planes dieron un inesperado giro en 1955, cuando Perón fue derrocado por un golpe militar y huyó al exilio. El cuerpo de Evita quedó en la CGT bajo el cuidado de Ara, y lo que ocurrió luego se mantuvo en secreto por 16 años hasta que finalmente, décadas más tarde, se reveló la historia de su macabro destino.
A pesar de su corta vida, Eva Perón dejó un legado histórico y sigue siendo recordada en Argentina por su lucha y su impacto en la política y la sociedad.