Marita Verón fue secuestrada en Tucumán por una red de trata. Caminaba por la calle, rumbo a un hospital; había salido de casa de su madre, Susana Trimarco, donde dormía todavía su hija Micaela, de 3 años. El secuestro y la investigación posterior, iniciada por su padre, Daniel Verón, y continuado por su madre, se convirtió en emblema de la lucha contra la trata en Argentina. En un comunicado, Trimarco reiteró que todavía no está firme la sentencia contra los 10 condenados por la desaparición de Marita. “Desde lo más profundo de mi corazón, espero que este sea el último aniversario sin ella.”
El comunicado de la madre de Marita, que sigue buscando a su hija, repasó los cambios que siguieron a ese 3 de abril de 2002. “Muchas cosas han pasado en este tiempo y la que más duele es su ausencia. Su hija Micaela se convirtió en una mujercita hermosa y brillante. Su papá ya no está en este mundo. El delito de trata tuvo su tipificación legal. Creé la Fundación María de los Angeles para asistir a chicas que vivieron el mismo infierno que Marita”, señaló.
El 19 de octubre de 2007, creó la Fundación «María de los Ángeles» que brinda asistencia integral a las víctimas, recibe denuncias y ofrece contención y asesoramiento a familiares.
En julio de 2008 inauguró el primer refugio especializado del país en Tucumán y, de este proyecto, se han replicado los protocolos de asistencia en Buenos Aires y Córdoba.
En 2012 el juez de Instrucción Víctor Manuel Pérez elevó la causa a juicio contra 13 acusados por el secuestro: los hermanos vinculados al clan «Ale», María Jesús y Víctor Rivero; la dueña de prostíbulos riojanos Irma Lidia Medina, los hermanos José Fernando y Gonzalo José Gómez, Daniela Natalia Milhein, Andrés González , Carlos Alberto Luna, Domingo Pascual Andrada, María Azucena Márquez; Humberto Derobertis, Mariana Bustos y Cynthia Gaitán.
En abril de 2013, inauguró un Centro Maternal con calidad educativa que brinda un servicio gratuito para los hijos de víctimas de trata, de violencia de género o de madres solteras para que las mujeres puedan estudiar o trabajar.
A lo largo de estas dos décadas, la justicia dispuso absoluciones, dictó condenas, pero aún no encontró a Marita Verón, cuya hija Micaela espera que aparezca.
Durante todo ese año se desarrolló el juicio oral, que culminó en diciembre con la absolución de todos los imputados.
El tribunal consideró coautores del delito de retención y ocultamiento agravado para el ejercicio de la prostitución de la joven a los hermanos Gómez, que fueron condenados a 22 años de prisión, y a Milhein y González a 18 años.
A su vez, condenó como partícipes necesarios a Luna y Andrada (17 años); Márquez (15 años); Derobertis (12), Bustos y Gaitán (10 años).
La sentencia no quedó firme por lo que, en abril de 2017, la sala II de la Cámara Penal ordenó la detención de los condenados, quienes recién entonces comenzaron a cumplir con la sentencia.
A los pocos meses, los hermanos Rubén «La Chancha» Ale y Ángel «Mono» Ale, a quienes Trimarco siempre vinculó con la desaparición de su hija, fueron detenidos junto a otras cuatro personas en una causa por lavado de activos que investigaba el juez federal Fernando Poviña, impulsada por la Unidad de Investigación Financiera a partir de las denuncias realizadas por Trimarco.
A finales de 2013, la Corte Suprema provincial revocó en forma parcial ese fallo y ordenó que una nueva sala fije la pena a 10 de los 13 acusados, ya que confirmó la inocencia de los hermanos Rivero y Medina había fallecido.
En abril de 2018 los hermanos Ale fueron condenados a 10 años de prisión por ser considerados los jefes de una asociación ilícita, dedicada al delito de lavado de activos, mientras María Jesús Rivero recibió una pena de 6 años.
La investigación, que se puso al hombro la propia madre de la víctima, permitió a la Justicia concluir que la víctima había sido captada por una red de trata de personas que operaba en La Rioja para ser explotada sexualmente.
El año pasado hubo un avance en la causa: un testigo se presentó a declarar ante la Justicia y afirmó que existen fotos del cuerpo de la mujer. “La carpeta es real porque con eso se amenazaban entre los gremios involucrados”, confirmó Susana.
Tras ello, explicó que la investigación de la pista comenzó cuando esta persona se acercó hasta la Fundación María de los Ángeles asegurando tener información sobre la presunta muerte de su hija. Además, involucró al gremio Luz y Fuerza.
En aquel momento trascendió que el fallecido Julio Luna, dirigente del gremio tucumano y responsable del centro de salud, sabía que el cuerpo de la joven estuvo en la morgue y que esas fotos fueron utilizadas para extorsionarlo.
Después de más de dos décadas, la búsqueda todavía sigue abierta.