El Santuario Virgen de la Peña, en el marco del centenario de Tartagal, celebró su fiesta patronal con un acontecimiento que llenó de fe y alegría a la comunidad. El Tercer Domingo de agosto, la belleza natural de las yungas se vistió de fiesta para honrar a Nuestra Señora de la Peña, en un día que quedará grabado en la memoria de todos los presentes.
La jornada comenzó con la tradicional y convocante peregrinación, donde el canto y la alabanza se unieron en un solo corazón. La imagen peregrina de Parroquia La Purísima transitó en la madrugada, mientras el sol asomaba por la ruta nacional 34. El acompañamiento y cuidado del personal de seguridad, con un excelente despliegue, garantizó la seguridad de cada peregrino. Distintas familias e instituciones llevaron sus imágenes de la Virgen hasta el santuario, lugar donde se celebró la Santa Misa en un clima de recogimiento y acogida.
Mientras algunos participaban de las celebraciones litúrgicas, otros emprendieron el desafío de subir a la Peña Santa, buscando la gracia de ver a la Madre en su morada. Hacia el medio día la solemne procesión y la Santa Misa llenaron de emoción el ambiente. El colorido de los pañuelos en alto, las banderitas con los colores del manto de la Virgen y la inocencia de los niños promesas, le dieron un toque especial a la celebración. El Obispo, acompañado de sacerdotes y el pueblo de Dios, encabezó la procesión, mientras los cánticos y los vivas a la Virgen llenaban el aire de fervor.
La solemnidad litúrgica culminó con la banda del Regimiento de Monte 28 entonando las estrofas del himno nacional junto a la Diana de Gloria, emocionando los corazones de los presentes que vivían con fervor la fiesta de su patrona.
En la tarde, las celebraciones eucarísticas continuaron en el templo, mientras las religiosas Clarisas Franciscanas brindaban su servicio en el Ministerio de consuelo a los peregrinos que llegaban con sus penas. Un clima de encuentro y celebración se respiraba entre los fieles provenientes de distintos lugares, destacándose la participación de distintas provincias y una importante cantidad de peregrinos que llegaron desde la República de Bolivia, incluyendo Tarija y Yacuiba.
La fiesta, cargada de emoción, congregó a cientos y miles de peregrinos que, una vez más, manifestaron su fe y devoción en el encuentro con su patrona la Virgencita de la Peña.
Fuente: Presencia Misionera.