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Ciro volvió a conquistar Vélez

Ciro presentó su disco, Naranja persa, en Vélez.
Foto: RollingStone/ Segismundo Trivero

Cuando las banderas ondeaban frente al escenario (como lo hicieron durante casi todo el show) y Ciro hacía saltar a un estadio repleto con "Antes y después", la letra de la canción tenía sabor a profecía autocumplida, especialmente el estribillo que dice: "Que placer verte otra vez…hoy todo vuelve a empezar y será lo que ya fue".

La vuelta de Ciro al estadio de Vélez, escenario de algunos de los grandes triunfos de Los Piojos, cerrando la gira de presentación de su tercer álbum de estudio, Naranja persa (primera parte de un álbum doble a completarse en 2017), tuvo todos los ingredientes que caracterizaban los eventos de la banda que supo liderar. Un público masivo integrado por varias generaciones, con abundante presencia de niños y el fervor del sector femenino; una puesta cuidada en el aspecto visual, con elaboradas luces, proyecciones, bailarines, una trapecista, y hasta un simio gigante; y un desarrollo impecable en el aspecto musical.

Pueden contarse con los dedos de una mano los artistas del rock argentino que pueden desplegar un show de…¡200 minutos! con un estadio colmado cantando casi todas las canciones, y Ciro es indudablemente uno de ellos. Su timing es impecable, así como lo es su cualidad de frontman que deja en evidencia un pasado teatral, y el apoyo de una banda -Los Persas-, cada vez más consolidada y consustanciada con la personalidad de su líder. Tanto los pilares que se destacan como solistas, Juan Gigena Abalos en la guitarra y Nico Raffetta en teclados, como la base de Broder Bastos en bajo, Rodrigo Pérez en guitarra y el extraordinario Lulo Isod en la batería, tocan con un poder y una suficiencia devastadoras, a la vez que disfrutan del show.

Ciro salió de traje, chaleco y sombrero bombín (indumentaria que pronto descartaría), con camisa y zapatillas anaranjadas, un color muy presente en toda la puesta visual, en concordancia con la estética del álbum. Arrancó con "Similar", primer corte del disco, para continuar con "Banda de garage" (de Espejos) y "Pistolas", primer clásico piojoso. A lo largo del show, tocó casi todos los temas de Naranja persa (trabajo que pareciera concebido pensando en el vivo), incluida la suite instrumental que aparece como track oculto, inteligentemente intercalados con temas de Los Piojos y de sus discos anteriores.

Hubo un primer tirón de dos horas y veinte temas, con puntos muy altos como la aparición de Micky Rodríguez -único invitado de la noche-, para "Ruleta" y "Tan solo". Luego apareció un coro femenino de tres integrantes y una sección de vientos, que se lució en "Caminando" y "Blues de la ventana". El bajista volvería a escena en otras oportunidades, motivando algunas intervenciones humorísticas del cantante ("yo te conozco, vos sos Miguel Angel Rodríguez, que hiciste la intro de 'Tan solo', yo te veía de chico", le dijo en un momento). Un fragmento de gran emotividad fue cuando Ciro unió "Canción de cuna", la canción que dedicara a su hija Katia cuando era pequeña, con "Hoy te vas", uno de los temas nuevos que relata cuando ella decide irse a vivir sola. También se refirió a su exmujer, la cantante Carolina de la Presa, coautora de dos de las canciones del último álbum, "Luz" y "La rosa".

El show tuvo también su momento tecnológico, cuando al final de esta parte se oscureció el estadio para que la gente que se había descargado una app, que se ofreció previamente desde las redes sociales, protagonizara un hermoso show de luces desde las tribunas. Luego la banda apareció en un escenario más chico, montado a uno de los lados del principal, para una tanda que incluyó "Juira!", "Taxi boy" y "Como Alí" (esta vez con Micky en guitarra).

Finalmente, vuelta al escenario principal para una última parte con "Atún", "Astros", un popurrí con "El farolito / El balneario de los doctores crotos / Muévelo" y – ahora sí – un último regreso a escena con "Noche de hoy", que hizo bailar a todo el estadio, y un patriótico broche de oro con el Himno Nacional y Ciro solo en armónica.

Como suele suceder, el cantante demuestra que es un corredor de fondo. En el momento en que otros ya están para dar el show por terminado, cuando dejó atrás muchos de los hits y tiene la certeza de que cuenta con el favor del público y todo está funcionando de acuerdo a lo previsto, Ciro parece relajarse y comenzar la parte del show que más disfruta. Como si fuera un director de orquesta, comandando los variados movimientos de una gran obra, en una larga noche de primavera en Liniers.

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