Internacional | Donald Trump, presidente de EEUU Con un país dividido, Trump impulsa una nuevo orden para el mundo
20 de enero 2017 – 11:27 El discurso de asunción del nuevo presidente de EEUU fue criticado por su dureza. Se focalizó en posturas proteccionistas y de alto nacionalismo. Hubo incidentes en los actos de traspaso de mando
{[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ content ]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ titulo ]} {[ epigrafe ]} {[ copyright ]} Con el puño alzado, en las escalinatas del Capitolio, Donald John Trump cerró su discurso al asumir ayer como nuevo presidente de los Estados Unidos. En el mensaje inaugural, el magnate arremetió contra las élites de Washington, se postuló como representante de los perdedores de la globalización, y prometió colocar el eslogan "América primero" en el centro de todas sus políticas. Lejos de la moderación que se esperaba, su discurso profundizó los mensajes de campaña y dejó en evidencia las grietas en un país que aparece más dividido, frente a un mensaje de populismo que gira hacia un nuevo orden político, económico y de seguridad en el mundo.De estilo ofensivo y ecos nacionalistas, que rompen con la solemnidad del acto, es el rostro victorioso del populismo que accede al poder en la primera potencia mundial. Embed
"Desde hoy, una nueva visión gobernará nuestra tierra. Desde hoy, pondremos a Estados Unidos en primer lugar", dijo.
El republicano juró ayer en Washington DC como nuevo presidente y ejercerá sus funciones hasta enero de 2021. El ahora mandatario estadounidense asumió rodeado de su familia: la primera dama, Melania Trump, y sus hijos Donald Jr., Ivanka, Eric, Tiffany y Barron William.
En el escenario montado en el Capitolio también se hicieron presentes senadores y representantes de ambas Cámaras y de los dos partidos más representativos del país; ex presidentes como George W. Bush, Bill Clinton -junto a la ex candidata demócrata Hillary- y Jimmy Carter. A su lado se encontraba el ya saliente Barack Obama y la ex primera dama Michelle, con quienes Trump compartió más temprano un tradicional té en la Casa Blanca.
Miembros de las Fuerzas Armadas, la Corte Suprema y demás organismos oficiales siguieron de cerca la ceremonia de asunción, una de las más esperadas de los últimos mandatos por el impacto que significó el triunfo del republicano en las últimas elecciones. John Roberts, presidente del máximo tribunal, fue el encargado de tomarle el juramento.
"Juro solemnemente que desempeñaré fielmente el cargo de presidente de los Estados Unidos, así como preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos, empleando en ello el máximo de mis facultades", fue la histórica fórmula de asunción que pronunció Trump frente a más de 900 mil personas que se agruparon en el mall de Washington DC. Mientras mantenía levantada la mano derecha, apoyó la izquierda sobre dos biblias. Antes que Trump, había sido el turno de la jura del vicepresidente, Mike Pence.
Antes de la juramentación de Trump, se dirigieron al público varios representantes de diferentes sectores, desde el Partido Republicano hasta el cardenal Timothy Dolan, quienes pronunciaron mensajes de aliento e inspiración al presidente, como es tradición.
Durante su mensaje a la nación, Trump no esquivó los lineamientos que lo condujeron hacia la Casa Blanca: desde política internacional hasta inmigración, pasando por la violencia, el crimen organizado y pobreza y generación de empleo.
"Estamos transfiriendo el poder de Washington DC y se lo estamos devolviendo a ustedes, el pueblo", fueron una de las primeras frases que dijo el presidente de los Estados Unidos. Y añadió: "Hemos hecho ricos a otros países mientras la fuerza y la confianza de nuestro país ha decaído. Ese es el pasado. Ahora miraremos solamente hacia el futuro".
Rodeado por su omnipresente clan familiar, Trump ingresó ayer viernes a la Casa Blanca con los mismos eslogans de su campaña: "Primero Estados Unidos" y "Devolver a Estados Unidos su grandeza".
Trump llegó acompañado por el presidente saliente, Barack Obama, con quien compartió un té en la Casa Blanca.
El magnate elevó sus pulgares y dijo "gracias" en repetidas ocasiones, mientras sonaban fuertes aplausos. Gesto enjuto y rasgos de tensión en el republicano fueron notables.
Antes de jurar, se rezó una oración y se leyeron pasajes de la Biblia. "Oramos por nuestro presidente", enunció la pastora, Paula White Cain, en el marco de un Washington gris.
Luego cantó el coro de la Universidad de Missouri, siguiendo los pasos protocolares de la jura. Y el senador demócrata Chuck Schumer dio un discurso deseando mejores días para el pueblo estadounidense.
Trump y Obama abordaron una limusina en la Casa Blanca que los condujo al Capitolio. Otra limusina llevaba a Michelle Obama y Melania Trump, al tiempo que en otra parte del cortejo viajaron juntos el vicepresidente saliente Joe Biden y su sucesor Mike Pence.
Sin experiencia política
Donald Trump escribe una de las más increíbles páginas de la historia de su país, la de la llegada a la presidencia de un hombre sin ninguna experiencia política previa, cuyas salidas xenófobas y sexistas causan escándalo, pero que provoca el entusiasmo de una parte de Estados Unidos.
"De algún modo, él y yo somos lo opuesto", dijo el presidente saliente Barack Obama. De hecho, es muy difícil imaginar a dos hombres más diferentes: El primer presidente negro de la historia de Estados Unidos, elegante de manera natural y brillante intelectualmente; y el millonario de curiosa cabellera rubia, corpulento, amante de las frases brutales y las palabras simples. Ese es el resumen de la división que hoy impera en la sociedad de EEUU y que va más allá de los colores, las razas y los dogmas políticos. Una verdadera "grieta" entre los estadounidenses. Aparecen
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