Seguridad
08/02/2017 juicio
Dos acusados por el crimen de Candela se declararon "inocentes" y criticaron a los investigadores
Se trata de Leonardo Jara y Hugo Bermúdez, quienes junto a Fabián Gómez comenzaron el lunes último a ser juzgados ante el Tribunal Oral Criminal 3 de Morón.
Dos de los acusados por el crimen de Candela Rodríguez, la niña de 11 años asesinada en agosto del 2011 tras permanecer nueve días desaparecida en la localidad bonaerense de Villa Tesei, se declararon "inocentes", criticaron a los investigadores y negaron haber conocido a la víctima y a su familia.
Se trata de Leonardo Jara (39) y Hugo Bermúdez (56), quienes junto a Fabián Gómez (45) comenzaron el lunes último a ser juzgados ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 3 de Morón.
Jara, el primero en declarar por recomendación de su abogado antes de que lo hagan los testigos, aseguró que no tuvo "nada que ver" con el hecho y que ésta "es una causa armada de la A a la Z".
"Soy totalmente ajeno a la causa Candela; soy inocente y estoy a disposición para que me pregunten lo que quieran", comenzó el acusado, vestido con una camisa beige, pantalón y zapatos negros.
El hombre dijo que no cree que "se llegue al fondo en esta causa" y que lo único que quiere "es que se sepa la verdad".
"El (ex) gobernador (Daniel) Scioli y (el ex ministro de Justicia bonaerense Ricardo) Casal estuvieron involucrados porque la causa venía manejada de arriba. En vez de ser una causa judicial, pasó a ser una causa política", expresó.
Mientras respondía preguntas de su abogado, Adrián Corvalán, de los fiscales Pablo Galarza y Mario Ferrario, del particular damnificado, Fernando Burlando, y del defensor de Gómez, Luis Carpaneto, el imputado dijo que él fue involucrado por testimonios y cuestionó una pericia de voz sobre un llamado realizado a la tía de Candela, que primero dio un resultado negativo y después "cien por ciento positivo".
"A la pericia (hecha por Gendarmeria) la fraguaron porque no tenía perito de parte, por eso me enchufaron a mi", expresó Jara a los jueces Diego Bonanno, Raquel Lafourcade y Mariela Moralejo Rivera, a quienes les aseguró que no conocía a Candela ni a su familia.
El acusado también afirmó no conocer a Bermúdez, aunque sí a Gómez, porque ambos fueron imputados de un robo en el año 2000.
Tras escuchar a Jara, el abogado Juan Carlos Rey, representante de Bermúdez, dispuso que su defendido también declare frente a los magistrados.
"No tengo absolutamente nada que ver con el hecho, quiero que se sepa la verdad", comenzó el acusado, vestido con una remera blanca, pantalón beige y zapatillas.
Además, Bermúdez aseguró que no conoce "a la familia de Carola ni de Rodríguez", tampoco a los imputados y desconoce saber si tienen personas en común.
"(El fiscal Marcelo) Tavolaro me dijo que estaba detenido por obstrucción a la Justicia pero después me dijo 'te voy a hacer cargo del hecho y quedás preso'", sostuvo.
En tanto, Nancy Carola Labrador y Alfredo Rodríguez, padres de la víctima, declararon como testigos en el juicio, criticaron a los investigadores y negaron conocer los motivos del crimen de su hija.
Antes de los testimonios, el juez Bonanno, que preside el tribunal, anunció en respuesta al requerimiento de las partes en la primera audiencia para que veedores judiciales presencien el debate, que el Colegio de Abogados y la Procuración General enviaron un representante cada uno a tal fin.
Además, a la sala Fermín Parera también concurrió Jimena Aduriz, madre de Ángeles Rawson, integrante del Archivo General de la Memoria, y una asesora de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Candela fue vista con vida por última vez el 22 de agosto de 2011, en Villa Tesei -donde residía-, cuando esperaba a unas amigas para ir a la reunión del grupo de boy scouts al que pertenecía.
Se cree que estuvo secuestrada en dos lugares distintos y nueve días después apareció asfixiada dentro de una bolsa, a 30 cuadras de su casa, a pocos metros de la colectora del Acceso Oeste.
Como móvil del homicidio y cuando elevó la causa a juicio, el fiscal Mario Ferrario señaló una venganza contra Alfredo Rodríguez, padre de Candela, por parte de una banda de piratas del asfalto, una hipótesis que se manejó desde el comienzo de la causa.
Durante la instrucción del expediente, el fiscal le atribuyó a Jara haber realizado una llamada intimidatoria que la tía de la niña recibió el 28 de agosto, tres días antes del hallazgo del cadáver de Candela.
"Ahora sí que no la vas a encontrar nunca a tu hija. ¡Jamás la van a encontrar! Te lo aseguro yo, hasta que esa conchuda no devuelva la guita, no la va a ver nunca más… Que le pregunten al marido dónde dejó la guita", decía el mensaje.
Respecto de Bermúdez, se considera que hay elementos para probar que facilitó el ingreso de Candela a la segunda casa donde estuvo cautiva antes de ser asesinada, ubicada en Cellini 4085, también en Villa Tesei.
Durante la pesquisa, se estableció que la niña había estado previamente en otro domicilio, situado en la calle Kiernan 992 de la misma localidad.
En el caso de Gómez, se lo acusa de realizar tareas de "inteligencia" en la puerta de la casa de la calle Kiernan cuando Candela estuvo retenida allí contra su voluntad y alternar distintos roles con Jara y Bermúdez.
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