Un mediodía apareció entre el denso humo dos vagones del tren que con su estridente silbato y un chirrido de frenos anunciaba que el progreso había llegado a este lugar cuyo cartel decía: “Estación Manuela Pedraza, departamento Orán”.
Cuando el tren llega a Tartagal llega a la Estación Manuela Pedraza. Pero ¿quién era esta mujer con cuyo nombre se bautiza la estación del naciente pueblo de Tartagal?
Existen varias versiones, pero según el historiador Alejandro Pojasi, quien realizó un libro sobre la Historia de Tartagal relata lo siguiente:
Por los años 1895 – 1920 sobre una de márgenes del Río Tartagal vivía una mujer de nombre Manuela Pedraza, una criolla de 50 años aproximadamente con su familia, su esposo y cinco hijos. Tenían allí su rancho donde mantenían un puesto caballar. Ella daba albergue a los cansados viajeros que pasaban por allí, y se había hecho conocida por su buena cocina y profunda hospitalidad. Era oriunda de Tarija, viuda y casada nuevamente.
Contaban de las anécdotas de su vida una que hablaba de su valentía. Y que cuando Chile declara la llamada Guerra del Pacífico contra Bolivia y Perú en el año 1879 se movilizaron tropas para combatir en el frente de batalla. Entonces su primer esposo fue reclutado y ella lo siguió. Abandonó su hogar y también se alistó, prosiguiendo la extensa campaña, compartiendo los horrores y penurias propios de un hecho de esa naturaleza. Cuando su esposo fue herido de muerte ella lo contuvo falleciendo en sus brazos.
Doña Manuela Pedraza se habría marchado de su casa en el puesto que tenía en Tartagal antes que llegue el ferrocarril, entonces los pobladores de la época solicitaron se ponga su nombre a la Estación del lugar. El hecho no puede sorprender ya que originalmente se acostumbraba a poner a las estaciones de los ferrocarriles nombres propios de cada lugar. Además se da otro hecho para que luego se le cambie el nombre de Manuela Pedraza, y es que en Santa Fe existía una estación con ese mismo nombre.
Dice Alejandro Pojasi, que esa estación de Santa Fe vigente hasta el día de la fecha, “nada tenía que ver con esta homónima señalización.”
