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El libro de la semana x Alan Pauls: «Antes del río», de Rosario Bléfari

Cultura

17/02/2017 critica

El libro de la semana x Alan Pauls: "Antes del río", de Rosario Bléfari

El escritor define a Bléfari como "una artista multitasking". Y a su libro lo nombra como "site-specific".

No es casual que sea una artista multitasking como Rosario Bléfari la que saque al poema en prosa del formol académico en el que lo mantenía la historia de la literatura.
Bléfari, que en alguna entrevista lamenta su diletantismo -esa curiosidad indómita que la lleva del cine de Martín Rejtman al rock de Suárez (su banda legendaria de los 90) o Sué mon mont (su banda actual), del canto y la performance a la poesía, del experimentalismo podcast a la composición de canciones a pedido- sabe muy bien todo lo que debería agradecerle (y nosotros lo sabemos con ella). Le agradecemos, entre otras cosas, el descaro atento, la sutileza, la mezcla de vigor y delicadeza que tiñen todo lo que hace de una extrañeza única, como de recién llegada, de intrusa cortés, de invitada equivocada a una fiesta que sin ella, sin embargo, naufragaría en el peor de los tedios.
Breves (casi nunca más de una página) y móviles, desprendibles como los especímenes de un herbario doméstico, los textos de "Antes del río" sólo se entienden como poemas en prosa a condición de releer el género y dejar que se confunda con objetos escritos vecinos pero menos identificados (los objetos predilectos de la diletante): canciones mudas, haikus apenas crecidos, historias en potencia, flashes de sabiduría de alguien que jura no saber vivir, apuntes de lectura, entradas de un diario que sólo reconoce lo íntimo cuando lo ve en alguna de las caras del mundo: esos paisajes, climas, calles, bares, esos pequeños accidentes de la atmósfera, la naturaleza o el ánimo de los que Bléfari es, a la vez, la víctima privilegiada y la testigo más seria. Sólo la seriedad, esa especie de concentración silenciosa e intransigente que Bléfari pone en todo lo que hace (“Una sola cosa le interesaba de cada cosa”), protege al diletantismo de su peor efecto secundario: la canchereada. De todas las cosas de las que habla "Antes del río", hay una categoría que se impone como cien por ciento blefariana: los umbrales.
Entrar en una gruta, empezar a llover, el tiempo de los brotes que viene, hacerse de noche a mediodía, el momento previo a llegar a un lugar y conocerlo: Bléfari encuadra esas inminencias con un rigor y una naturalidad formidables, como si estuvieran hechas a la medida de su percepción y su prosa. Le tira la naturaleza (hace mucho que no leía tantos nombres de árboles y plantas usados con tanta seguridad), pero menos para perderse en ella que para desmenuzarla, fraccionarla en pequeñas estampas saturadas de detalles, movimiento, color. La naturaleza es lo que se describe, lo que puede hacer (y aquí hace) de la descripción una de las grandes potencias de la prosa.
Tampoco es casual que cuando escribe sobre calles Bléfari elija encrucijadas: San Juan y Perú, Asamblea y J.M. Moreno, Bolívar entre Alsina y Moreno… Siempre el sur de la ciudad, siempre esa gracia horizontal, digna y decrépita, de los barrios en los que suele vérsela cantar en los videos de sus canciones (y de los que hasta Venecia parece ser una provincia). Pero lo que importa aquí es la singularidad de las coordenadas, que transforma cualquier lugar en el lugar de los hechos, y hace que cualquier acontecimiento, aun el más banal, tenga un carácter absolutamente necesario. En ese sentido, "Antes del río" es un libro site-specific, que no existiría sin ese mapeo minucioso de condiciones contextuales (¿dónde? ¿cuándo? ¿qué luz había? ¿de dónde venía esa música?) que para Bléfari prefigura todo lirismo.
“Yo no soy portal de ningún abismo”, declara Bléfari en “Nuevos huéspedes”. Para su bajísimo estándar de exhibicionismo, la frase suena inusualmente declamativa y evoca la entonación enfática y jovial con que canta muchas de sus canciones, a menudo acompañándola con ademanes de una eficacia gráfica aniñada, como de star de obras de teatro de fechas patrias. Escribir según Bléfari es lo contrario de proclamar intenciones, la antítesis amable de la expresividad pero no de la introspección, una aventura que emprende sin la menor autocomplacencia, confiada en que su atención a las superficies y los detalles conjurará cualquier superstición personal. ¿Pudor? ¿Falsa modestia? Todo lo contrario: la identificación justa, más bien; la revelación que le produce descubrir a un “investigador marginal” quemándose las pestañas con “libros ocultos” en la vieja biblioteca nacional de la calle México y reconocerse en él -ella, la poeta, que alguna vez supo ganarse unos pesos haciendo “tareas de búsqueda” para un académico y sufría cada vez que tenía que rendir cuentas, “porque el no hallar no tiene pruebas que presentar” y “es como la inocencia sin testigos”. “En la imperfección que es todo”, dice en “Querida”, “prefiero estar donde estoy”.
Pero Bléfari no se conforma. Preferir, al contrario, la empuja a aprender, ensayar, recordar, actuar, sentirse “distinta por períodos saludables”. La empuja a trabajar. Cierta mística del trabajo no sacrificado, más emparentado con descargas como el baile o el entrenamiento que con la obligación, campea en "Antes del río". Hasta describir la pampa tiene algo de actividad manual, y en el retrato de un bar amado (“Bar Americano”) las frases suenan como golpes de herramientas tenues. Poeta en overol, Bléfari consuma una hazaña misteriosa: combinar el goce del hacer con las delicias de la distracción, el sudor y el cuelgue.
Hay un lirismo Bléfari. Es seco, a veces áspero, inesperado, como en ese verso de incógnito de “Fantasmas” que dice: “Fútbol en la tele, como arte”. Pero aun de esa frugalidad casi militante se deduce un yo, y hasta un yo romántico. Ese sujeto Bléfari, "Antes del río" lo pinta así: hija única, autodidacta, curiosa, cultivada y salvaje a la vez, colmillos invisibles, curiosa, dispuesta a todo, a aprenderlo e ignorarlo todo, con tal de buscar el tesoro de lo propio.
Para leer el cable de la nota acceder a: https://cablera.telam.com.ar/cable/463191
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