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Existe una fuerte disputa política entre distintos sectores por las cifras de la pobreza
Por Carlos Pagni│Es difícil determinar hoy en la Argentina cuántos pobres hay. Esto ocurre porque al destruir el INDEC, el kirchnerismo también destruyo la forma de medirlo.
Carlos Pagni Columnista Todo Noticias
En la Argentina hay muchos pobres. Sobre todo a partir de la recesión que empezó el año pasado. Alrededor de este concepto, se da una disputa política en el que intervienen varios sectores. Todo el tiempo se debaten medidas para abordar el tema y ver quién debe representar la voz de los pobres en la escena pública. Esto es parte de una reconfiguración de las organizaciones sociales, de la CGT, de la CTA y de su relación con el kirchnerismo.
Es difícil determinar cuántos pobres hay. Esto ocurre porque, al destruir el INDEC, el kirchnerismo también aniquiló la forma de medirlo. Para saber esos números, tenemos que tener una muestra medianamente genuina y hay que saber cuánto cuestan las cosas.
El Gobierno anterior, al no tener cifras reales, podía decir que en la Argentina había 5% de pobres y 1,5% de indigentes. Pero si se recurre a las cifras de otra entidad, cambia la cosa. Según la UCA, en la Argentina habría 12 millones de pobres, de los cuales algo más de 2 millones son indigantes, es decir, un 6,2%. Además, el 40% de los pobres está en el conurbano bonaerense. El tercer cordón tiene una economía colapsada.
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Tenemos que basarnos en relatos, porque no hay números fidedignos. Si uno toma el relato de algunos sacerdotes, la visión que tienen es que hay una caída importante del consumo, pero no igual que la de 2001. La demanda frente a este problema es parte de una disputa política y de varios cambios de alineamientos.
La política social fue tercerizada en organizaciones privadas, que son los movimientos sociales. El kirchnerismo decidió delegar en ellos buena parte de la asistencia a los pobres. Esta acción social pertenece políticamente al PJ. Es decir, que parte de esta estructura está en un partido, o de la oposición. De esta manera, se produce una tensión enorme hacia arriba, hacia abajo, y hacia los costados.
Pero sucede algo más. Estos movimientos sociales advierten que los planes de vivienda que hicieron Julio De Vido y José López fueron mal hechos y que, inclusive, ni tienen cloacas. Los desperdicios van al aire libre y quedan en zanjas. Tampoco tienen red de gas. Así, improvisan las conexiones de gas con garrafas. Hay riesgo de que exploten esas casas. "Ustedes no lo veían?", le pregunté a un dirigente. "No, porque sino se lo hubieramos dicho a Cristina. La situación es mas dramática de la que pensábamos", contó esta fuente del Movimiento Social.
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En estos momentos hay una intención de la CGT de recuperar la representación de todos los "desposeidos". Incluso tienen un plan para exigirle al Gobierno a que pague un sueldo más sustentable que la AUH y que genere una obra social para informales y desocupados, que no sea manejada por el Estado, sino por ellos, los gremios.
A todo esto se le agrega una ultima novedad que fue la participacion de la Iglesia en el problema general. Bergoglio aspira a que los movimientos sociales se integren al mundo de trabajo formal, algo muy diferente de lo que plantean desde algunos gremios. El 15 de octubre Macri se reunirá con al Papa. Tal vez esta vez Franciso le sonría.
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