fbpx
Sin categoría

La banda de ‘Kryptonita’ vuelve en forma de serie

Leonardo Oyola, autor de Kryptonita, novela que se publicó en 2011. Luego llegó a los cines y ahora se estrena su versión serie.
Foto: RollingStone/ Florencia Daniel

En el ultimo carnaval, Leonardo Oyola salía de comer unas empanadas fritas en Pin Pun y sobre Avenida Corrientes, a un costado del corso, un mantero anunciaba la llegada de las películas que competían por los Oscar. El renacido, Mad Max… "¡También llegó Kryptonita!", dijo el vendedor. La película de Nicanor Loreti, basada en la novela que Oyola publicó en 2011 y que va por su octava edición, ya había hecho su camino de más de 100.000 espectadores desde su estreno en el fin de semana largo del Día de la Virgen, pero esa viñeta de piratería barrial lo emocionó. "¿Qué tal está?", preguntó el escritor en plan mistery shopper. "Está buenísima", dijo el mantero. "Hace falta más gente como ésa."

"Al día de hoy no sé bien qué me quiso decir, pero me pareció genial", dice Leo en una vermutería de Lavalle. Es un mediodía primaveral y el "Tigre" Oyola -contextura de cosaco, remera de los Stones 78 debajo de un saco color piel de sioux- le entra a una picada porteña y a un vaso de cerveza artesanal. "A veces pienso que quiso decir: 'Hace falta más cine como éste, más historias así', y a veces pienso que quiso decir otra cosa. 'Hace falta más gente que no se corte sola, gente que piense en el otro'. Pero no en el otro como 'todo el mundo'; en el que vos elegiste."

La historia de la superbanda matancera que se atrinchera en el hospital Paroissien de Isidro Casanova tendrá su secuela televisiva. Nafta Súper, serie escrita por Loreti y Oyola y protagonizada por el elenco del largometraje (Palomino -Juan y Sofía-, Capusotto, Rago, Carca, Cremonesi, Delgado, todos menos Nico Vázquez, ausente por temas de agenda), se estrena el miércoles 16 de noviembre en Space con una temporada de ocho episodios. La acción transcurre diez meses después de la toma del hospital y marca el regreso al barrio de Nafta Súper y su liga criminal de la justicia.

"Pensamos en un formato de serie actual", dice Oyola, "con una línea de continuidad y que cada episodio cuente a la vez una historia. Pero las referencias siempre fueron más cinematográficas. Nicanor nos decía: 'Estamos haciendo cine para televisión'. El capítulo 6, por ejemplo, se llama 'Arma mortal' y es un homenaje explícito a las mejores películas de Sábados de súper acción. Que vengan a decirnos: 'Che, ¿pero esto no es de Los valientes andan solos, con Kirk Douglas?' ¡Sí!", dice haciendo el gesto típico de "¿cuál es?"

Con un rosario de once libros publicados, Oyola (1973) encontró en Kryptonita el éxito que terminó de catapultar su carrera. Autor de policiales e historias de terror casi siempre ambientadas en alguna versión del conurbano que lo vio crecer, este discípulo arrabalero de Alberto Laiseca trata de no pensar en las razones del culto en torno de Kryptonita, pero arriesga un par de ideas: "Todos queremos creer que en el fondo tenemos algo de bondad, y que podemos ser héroes en algún momento. Hay algo que como autor les trasladé a los personajes que tiene que ver con la idea de Dios: si existe o no. Yo hay épocas que creo y otras que no, pero sí creo en los santos, porque los santos primero fueron hombres. Y vos ves algunas portadas de cómic y son como estampitas".

Pasaron más de cinco años desde que entregó la primera versión de la novela a sus editores en Random House, y todavía recuerda el primer informe de lectura. "Ni siquiera fue tibio", dice Leo. "Fue duro. Y me agarró cierto cagazo." La primera versión, dice él, era mala porque la historia se limitaba a Nafta Súper y se volvía una parodia involuntaria tanto del universo de los superhéroes como de La Matanza. Entendió que debía leer mucha historieta antes de cerrar el libro, y empezaron a aparecer referencias que afinaron el rumbo. "Tenía que ir a la humanización de estos personajes." Los dos Superman escritos por Alan Moore fueron cruciales: ¿Qué le pasó al hombre del mañana? y Para el hombre que todo lo tiene. "En la primera", dice Oyola, "se ve a ese tipo que puede pelear en cualquier galaxia, pero para él la aventura definitiva es el día a día, tratar de mantener la pareja y criar un hijo. Es genial ese concepto." En la segunda, los superamigos se preguntan qué regalarle a Superman en su cumpleaños. Eso le disparó la idea de la banda. "Pero, ¿cómo mierda metía a Aquaman en el río Matanza?", se dijo. Hasta que, viendo tele con su hijo Ramón, supo que la Liga de la Justicia del Linterna Verde negro, la Chica Halcón y el Detective Marciano era un buen modelo en el que basarse.

Sofía Palomino, Darío Lopilato, Lautaro Delgado, Juan Palomino, Rago, Diego Cremonesi y Carca (desde la izquierda); de la pantalla grande a la televisión.
Foto: Gentileza Space

En 2012, mientras Kryptonita hacía su camino, Oyola publicó en Rolling Stone una crítica de Diablo, el debut de Loreti como director de ficción. A Loreti la crítica le gustó tanto que la enmarcó, la colgó en su casa y contactó al escritor, con el que inició una amistad que derivó en la adaptación. "El rodaje fue maravilloso", dice Oyola. "Era como un cuento de Navidad, una novela de Dickens con final feliz."

No quiere morir antes de haber escrito un policial como River, pero mientras tanto disfruta de este tiempo en que el trabajo solitario del escritor mutó en un samba de grabaciones, lecturas en cárceles, escuelas. Y también de su nacimiento como DJ. Armado con un arsenal de hits de los 80 y 90, Oyola es figura de las Ruchofest de Esteban Lamothe. Dice el actor: "Pone Bon Jovi, Warrant… Me hizo repensar esa música y disfrutarla desde un lugar verdadero. Además es un bailarín descomunal, entiende muy bien el jolgorio. Y es fanático de Kevin Costner, como yo".

Todo esto obligó a Oyola a poner en stand-by su próxima novela, Ultratumba, la historia de amor entre una reclusa y una guardiacárcel. Pero eso dejó de afectarle. "Ya me amigué con la historia de que Kryptonita me está dando de todo, y está bueno seguir apuntando los cañones ahí", dice. "Siempre fui de la idea de 'Voy adonde me lleve el libro'. Hoy estoy acá. Quién sabe dónde estaré mañana."

Botón volver arriba
Cerrar
Cerrar