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La efedrina secuestrada en Ezeiza fue importada por un laboratorio argentino y se dirigía a Paraguay
El precursor químico fue vendido por la firma CHEMO, que pertenece al empresario Hugo Sigman. Había sido comprado por COMFAR S.A.
Se develó uno de los misterios detrás de la efedrina que fue incautado en el Aeropuerto de Ezeiza: quién la vendió y quién la compró. Según publicó el diario Clarín, que aclaró que la información aún no figura en la causa judicial, la firma CHEMO, que pertenece al empresario y productor de cine Hugo Sigman, le vendió el cargamento a la companía paraguaya COMFAR S.A, a donde debían entregarse los barriles hace 5 años.
En los registros aduaneros que difundió el matutino, se detalló que la factura fue emitida el 19 de mayo de 2011 por la sucursal suiza de CHEMO que tiene presencia en más de 40 países. El comprador puso como destino la sede en la Avenida Artigas 2315, en la ciudad de Asunción.
La factura secuestrada en la Argentina era por apenas US$ 16.250. Sin embargo, esa misma mercadería en el mercado mexicano podía llegar a venderse por 1 millón de dólares. Desde la empresa vendedora confirmaron los datos de la operación y explicaron que ese cargamento era para la producción de un antigripal denominado "Angripas plus". Además dijeron que los envíos a Paraguay eran frecuentes y llegaban a 500 kilos por año.
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CUÁL ERA LA RUTA DE LA EFEDRINA
Salía de Suiza, pasaba por Francia y hacía escala en Ezeiza, porque no había vuelo directo desde Francia a Paraguay. A partir del cargamento de 2011, la escala ahora se realiza en Brasil.
El cargamento, que volvió a poner en escena la interna en el gabinete de Seguridad de Macri, ingresó el 11 de julio de 2011 con el número de guía aérea 057-71950594. En el acta se asentó que el embalaje estaba “aplastado”. Dos días después, el agente de cargas “International Cargo” presentó un "manifiesto de desconsolidación" (apertura del envío) y los barriles quedaron en el depósito de transito de TCA. ¿Por qué nadie reclamó la efedrina? "Era más cara la multa que la mercadería", dicen en el mercado farmacéutico.
Recién el 9 de septiembre de ese año, un funcionario de la Aduana identificado como Sergio Rinaldi solicitó el bloqueo de la guía para evitar trámites y movimientos sobre el cargamento. Ese mismo día, la carga fue almacenada en una jaula metálica y se le colocó un precinto especial. Casi 5 años después, el cargamento fue noticia.
LAS FALLAS Y COMPLICIDADES EXPUESTAS EN UNA AUDITORIA
Según publicó el diario La Nación, un informe reservado elaborado por Aeropuertos Argentina 2000 (la firma que explota el aeropuerto de Ezeiza) expuso graves irregularidades y falencias en los sistemas de inteligencia y control aduanero dentro y alrededor del aeropuerto internacional. El trabajo incluso señaló que el principal obstáculo para combatir el contrabando son los propios empleados de la Dirección General de Aduanas (DGA).
El informe de la consultora SSI, elaborado por personal que antes pasó por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Aduana de Estados Unidos, se concentró en tres grandes áreas de "prácticas ilícitas" observadas en la importación de mercaderías a través de Ezeiza, donde también se retienen productos por años. A veces es porque se espera el pago de una coima; otras porque su dueño abandonó a su suerte la mercadería sensible.
El informe de SSI llegó hasta 2014 y provocó el despido de un grupo de ejecutivos y empleados de la Terminal de Cargas Argentina (TCA). La primera "práctica ilícita" que expuso ese informe es "el movimiento de contrabando en cantidad". Lo que significa que la mercadería que bajó de un avión, sea en embalajes o pallets, a otro predio fiscal –"zona primaria aduanera", en la jerga-, fuera del aeropuerto, para que allí complete los trámites aduaneros.
La mercadería sale así de Ezeiza como "en tránsito" en el sistema informático aduanero y en los registros del depósito fiscal del depósito fiscal TCA, sin pasar por una inspección, a bordo de un camión que lo lleve a otro depósito. El truca es que las cintas de plástico azul con las que se "sella" la mercadería pueden despegarse y volverse a colocar sin dejar rastros. Es decir, algo muy básico y que sólo es posible si se "aceitó" a todas las áreas a cargo de controlar. En especial al área de "inteligencia aduanera".
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