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La muerte de un aspirante a policía reveló fallas en el sistema

Municipios | Tartagal La muerte de un aspirante a policía reveló fallas en el sistema

24 de enero 2017 – 01:30 Tras un accidente de tránsito, la familia del fallecido prevé presentar una demanda contra la Provincia.

Cristina Carrazán

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{[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ content ]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ titulo ]} {[ epigrafe ]} {[ copyright ]} Los jóvenes aspirantes a policías tienen entre 20 y 24 años, están en la etapa de instrucción, no perciben la remuneración de un agente del orden, no pueden usar armas reglamentarias ni tienen facultades para detener a ninguna persona y su obligación es cumplir 4 horas diarias acompañando a quienes se desempeñan como miembros de la Policía de la Provincia de Salta.No obstante, en la práctica van uniformados y cumplen todas las funciones de un efectivo policial sin serlo aún.Todo esto se puso en evidencia tras la muerte de Fabián Cuéllar, un aspirante a policía que el domingo 15 de enero murió trágicamente en un accidente de tránsito cuando viajaba desde Salvador Mazza hacia Tartagal a prestar servicio en la comisaría 42.La situación desnudó la realidad de cientos de chicos que cursan el primero y segundo año en la Escuela de Policía de Salta para egresar como agentes de la fuerza y que son enviados a la calle a riesgo de su propia seguridad. "Torito", como se lo conocía en su pueblo, era jugador del equipo de Sportivo Pocitos y en esa jornada trágica iba a bordo del vehículo de un efectivo policial junto a otros cuatro uniformados cuando fueron colisionados por un conductor alcoholizado. Horas más tarde y a raíz de las severas lesiones, Cuéllar falleció en un clínica de Tartagal.

No preparados

"Los aspirantes que la ciudadanía salteña observa recorriendo las calles de las ciudades, en capital, Tartagal, Orán y otras, son civiles disfrazados de policías, Hay hipocresía porque pretenden hacernos creer a los ciudadanos que se preocupan por la seguridad. Los aspirantes, al mes de ingresar ya son sacados a las calles sin tener las mínimas condiciones para garantizar la seguridad de la población. Solo es una puesta en escena para aparentar que la seguridad es política de Estado, lo que es totalmente falso", describió el abogado y expolicía Pablo Cardozo, quien patrocinará legalmente a la familia del joven fallecido.La madre del joven fallecido optó por dejar en manos de este profesional el caso y, con la foto de su hijo, espera que se haga justicia por lo que ocurrió. Solo con una fotografía entre sus manos, el dolor la embarga y consideró que la Justicia será la encargada de decidir. El letrado anticipó que presentará una demanda civil contra la Provincia por la muerte del chico que iba a cumplir funciones en Tartagal. Mientras tanto, adelantó que ayer estaban citados en la Fiscalía los cuatro policías que iban en el auto con Cuéllar y que, tras recuperarse de los golpes del accidente, fueron dados de alta y estaban en condiciones de prestar declaración para relatar los pormenores de lo ocurrido. "No hay dudas de la responsabilidad de la Provincia, más allá de que el autor material haya sido un borracho que está detenido y que ojalá se aplique todo el rigor de la ley y quede preso. Pero Cuéllar venía a trabajar a la comisaría 42, porque no hay consideración con los aspirantes. En lugar de plantear una pasantía que tampoco es tal porque trabajan a la par de los efectivos policiales, los hacen viajar hacia las ciudades más grandes para aparentar preocupación por la seguridad de la población", remarcó el abogado.

Sueldo de $2.000

Cardozo explicó que "los chicos aspirantes cobran alrededor de $2.000 y trabajan 8 horas diarias, cuando una pasantía no debería exceder las 4 horas. Reciben sanciones como un policía en actividad designado por decreto y hacen patrullajes, consignas, procedimientos y a pesar de que no pueden portar el arma reglamentaria ni realizar detenciones, los mandan a los incidentes callejeros como si fueran efectivos policiales. Son jóvenes que trabajan en negro para la Provincia, en una tarea tan arriesgada como es la preservación del orden y seguridad. Ellos aceptan esta suerte de explotación laboral por la gran necesidad que tienen, pero la trágica muerte de este chico no debe quedar en la nada y, por el contrario, debe marcar un antes y un después en la situación de los aspirantes a policías", concluyó el letrado. Aparecen

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