El gran día ha llegado, el tradicional arbolito navideño finalmente encenderá sus luces e iluminará a toda la comunidad.
En esta época del año la reflexión, los sueños y las esperanzas colman a todos. Seguramente más de uno al ver el encendido de nuestro árbol tendrá una connotación especial. Nos llama al encuentro y por qué no al reencuentro.
Las fiestas son símbolo de unión y familia. Por ello, desde el municipio se contempla no perder esta bonita tradición, que a pesar del tiempo tan ajustado y por no poder contar con la colaboración tan importante de los alumnos de la Escuela de Educación Técnica OEA, cumplirán con ello, pero con la promesa de brindar una mejor estructura el próximo año.
Sin embargo, el espíritu navideño no estará ausente y se brindará lo mejor a todos los tartagalenses, que en estos tiempos reine el amor, la fe, la esperanza y la familia.