Salta | Entrevista | Mauricio Macri Mauricio Macri:"El desafío no es crecer el año que viene sino crecer 20 años seguidos"
07 de diciembre 2016 – 01:30 El Tribuno fue el único medio de Salta que visitó la Casa Rosada para hablar con el presidente junto a otros diarios del interior.
{[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ content ]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ titulo ]} {[ epigrafe ]} {[ copyright ]} A días de cumplir su primer aniversario como presidente de la Nación, Mauricio Macri recibió ayer a cuatro medios del interior del país, entre los que estuvo El Tribuno, para analizar el camino recorrido desde que se puso la banda presidencial y ocupó el despacho más importante de la Casa Rosada. En una charla distendida y con agenda abierta, el mandatario respondió sobre los logros y las deudas del Gobierno, las expectativas a mediano y largo plazo y cuestiones coyunturales como la energía y el morbo que representan diciembre y las fiestas para las administraciones en tiempos de crisis.
Destacó el trabajo hecho "seriamente" y "sin recetas mágicas", y se mostró confiado de estar en el camino adecuado para lograr un país "competitivo en el largo plazo" que deje de depender de la ayuda externa.
Además, se mostró a favor de que Salta incorpore el voto electrónico también para elegir cargos nacionales en 2017 y destacó el diálogo con el gobernador Juan Manuel Urtubey.
¿Cuál de las metas que se había planteado para este año no pudo cumplir?
Estamos batallando para lograr que algunas cosas de la macro terminen de acomodarse. Nuestro ideal, el eje nuestro, pasaba por bajar la tensión y lograr una mejor convivencia y anduvo bien, más allá de que el peronismo/kirchnerismo sigue convencido de los errores que cometieron en el pasado y no han tenido autocrítica, hoy se respira una tensión distinta en todo el país.
En lo que tenía que ver con evitar otro 2001 fuimos muy exitosos porque se salió rápido del cepo, se refinanció rápido el tema de los holdouts, se unificó el tipo de cambio y se liberó el motor más potente que tiene la economía que es el campo. Después de un semestre se puso nuevamente en marcha la obra pública, pero la obra pública como debió haber sido siempre: con fechas que empiezan y terminan, no estar más ligada a escándalos de corrupción, porque claramente la prioridad absoluta para este país, para poder derrotar la pobreza creciendo sistemáticamente, es conectarlo.
Virtualmente Arsat está haciendo un trabajo muy bueno con 1.400 ciudades, y esperemos que con el proceso de inversión que se lanza el sector privado haga el resto físicamente, a través de caminos, autopistas, trenes, hidrovías, es fundamental.
Da la sensación de que el Gobierno generaba una expectativa sobre la economía específicamente, pero los mayores aciertos de esta gestión son más bien políticos. ¿Usted lo ve así?
La expectativa puede haber sido esa, me hago cargo de lo que me corresponde en ese aspecto; pero la realidad es que la magnitud del desajuste del país el 10 de diciembre era enorme. Muchos de los que me dicen que no especifiqué o explicité lo suficiente la herencia después me preguntan por qué no estamos creciendo. Entonces yo pienso que hay que tratar de pensar en forma encadenada de un razonamiento al otro. Ahora, si creemos que la Argentina no estaba quebrada, que no era verdad que no se crecía hace cinco años, que se había quedado sin energía, que estaba en default, que había una deuda en cada armario que abrimos desde que llegamos, cuando encontrábamos los papeles porque en muchos casos no había papeles y nos enterábamos de la deuda cuando venía alguien a cobrar. Si no creemos en todo eso está bien lo que pasó con la economía, es algo imprevisto. Ahora si creemos en el diagnóstico que me reclamaron y que finalmente hice el 1 de marzo, lo que pasó con la economía era algo inevitable en un proceso de reacomodamiento donde empiezan a haber, dos, tres o cuatro meses más tarde de lo que creíamos, algunos indicadores que empiezan a confirmar lo que todos los economistas dicen, que es que el año que viene la Argentina vuelve a crecer después de seis años.
¿Va a ser así? Porque es como que vienen corriendo la meta…
No, yo nunca la corrí. Yo fui claro, siempre en la misma línea. "En el segundo semestre baja drásticamente la inflación": esa fue mi frase. A partir de allí se construyó toda una cosa que terminó en una fiesta en lo de Marcelo (Tinelli) que me pareció genial y divertido, pero lo que yo dije es lo que cumplimos.
Pero el Gabinete sí lo planteó como una cuestión de que en el segundo semestre se despegaba…
Bueno, en el campo despegamos, en materia de energía despegamos. O sea, depende el lugar, en la obra pública despegamos. Noviembre fue el mes con el consumo de asfalto más grande de los últimos 16 años. Por eso digo, podemos discutir, más o menos, dos o tres puntos, pero ha habido indicadores que empiezan a marcar que hay un comienzo, pero insisto: es contrafáctico.Si tuvimos que tomar más de 50 mil millones de dólares, y que se entienda la dimensión de esa cifra, para pagar todas las deudas que nos habían dejado, quiere decir que a los que venían esa plata no se la iban a prestar. ¿Y qué iba a pasar? Explotábamos de vuelta. Tenemos que dimensionar eso porque sino es difícil evaluar las cosas. Y yo quiero agradecerle a los argentinos en general porque hoy, después del año que transcurrimos, de medidas muy antipáticas que tuve que tomar, que tengamos un 60% de apoyo significa que el ciudadano argentino entendió que vivimos una mentira de más de una década que hipotecó nuestro presente y nuestro futuro y que de acá salimos con el esfuerzo de cada uno.Acá se dilapidaron las reservas, la energía, los fondos de la Anses, hicieron una cantidad de cosas que, solamente de deudas no registradas este año, hemos pagado más de 50 o 60 mil millones de pesos y eso sin contar que aún no hemos pagado Petróleo Plus, Gas Plus y muchas otras cosas que prometieron y no cumplieron. Cuando nosotros asumimos ni siquiera habían pagado la campaña a la Antártida.Todos los días te pasa que te enterás de cosas como estas; con el periodismo ni hablar, dejaron una deuda de cientos de millones de pesos. Al margen del despegue que usted dice que se vio en el segundo semestre en algunos sectores, ¿la clase media cuándo va a empezar a ver su propio despegue? Primero clarifiquemos: fue un año duro para muchos argentinos, para la industria, para el comercio, por nombrar algunos, y yo soy consciente de eso. Si hay algo que no he dejado de hacer es caminar el país, este año he recorrido el país más de lo que recorrieron varios presidentes en todos sus mandatos. Toco el timbre, hablo con la gente, la visito, la recibo acá; así que me hago cargo de lo que hemos tenido que recorrer y me duele en mi propio cuerpo. Pero estoy acá porque confío en cada argentino y creo que somos gente capaz, gente emprendedora, luchadora, por eso les he propuesto vivir con la verdad, porque vivir con la verdad es signo de que sos fuerte, que no necesitás engañarte.Por ejemplo, lo que hemos vivido con las pruebas PISA, este tipo de humillación, que el mundo te sancione por estas cosas que hacés, eso te baja la autoestima. Pero yo apuesto a que estemos cada día un poco mejor, no es de un día para el otro. Cualquier atajo que volvamos a tomar nos va a llevar al punto de partida. Ya hemos vivido, durante décadas, apostando al atajo, creyéndonos eso de que estamos condenados al éxito, que lo dijo un presidente, para alcanzar el éxito hay que laburar, no hay que ser vivo. Cuando vos no laburás, cuando te jubilás antes de tiempo, cuando cobrás un subsidio por discapacidad pero no sos discapacitado estás perjudicando a todos los demás; no es que tu viveza afecta a los marcianos en Marte, no, afecta a los argentinos. Entonces, este es el cambio copernicano que hemos dado y en el cual yo creo y estoy dispuesto a dar todo de mí. Espero que todos los argentinos estemos dispuestos a dar todo lo que tengamos adentro porque creo que en ese camino nos va bien: cuando trabajamos en equipo, cuando nos esforzamos y somos humildes pasa lo de la Copa Davis, pero cuando nos la creemos pasa los de las ediciones anteriores de la Copa Davis, con todos peleados perdés la Copa Davis.Siguiendo con el paralelismo con la Copa Davis. ¿Elisa Carrió vendría siendo Guillermo Vilas?Sin dudas que Lilita (Elisa Carrió) siempre ha sido singlista, de eso no caben dudas. Por eso valoro tanto el esfuerzo que ella está haciendo ahora. Sin embargo, yo no comparto muchas de las cosas que dice. Pero si uno compara cómo actuaba Lilita hace un par de años atrás, verá que su nivel de individualismo era mucho mayor. Me parece que ella también está haciendo un esfuerzo por la República, que también requiere de una coordinación, entonces yo valoro mucho que ella hace su esfuerzo aunque hay muchos días donde no estamos de acuerdo, pero nada es perfecto.¿El capitán del equipo la pone para la Davis el año que viene?No hemos hablado todavía del equipo para el año que viene. Ella dice un día que sí y un día que no. Yo empleo el cien por cien de mi tiempo en arreglar problemas y construir futuro. Pero sin dudas ella va a ser una muy buena candidata. Hizo mención a que fue un año duro y a varias situaciones que no se esperaban. Estamos en un mes como diciembre, que es muy especial y tiene mucho morbo. ¿Tienen temor por lo que pueda pasar o creen que ese morbo está más motorizado por algún sector de la oposición?Siempre hay gente queriendo generar problemas, pero es una pequeñísima minoría. Insisto: si hay algo que valoro es la mejor convivencia que hemos logrado, como el poder estar acá, relajados, donde ustedes hacen sus preguntas y yo contesto. Que haya conferencias de prensa como pasa todos los días con mis ministros. Que si aparece algo que está mal seamos capaces de reconocerlo y corregir, que nadie se crea el dueño de la verdad y que ese espacio de diálogo es el que nos lleva a bajar la tensión, bajar la locura que tenemos que seguir bajando, pero creo que lo hemos logrado mayoritariamente y eso es lo bueno. Usted se muestra muy optimista y está bien transmitir esperanza. ¿A veces no peca de exagerado? Sobre todo tomando en cuenta que el año que viene es electoral y que el Gobierno y la gente están urgidos por el crecimiento…Yo pienso primero en la gente; ni en mí ni en el Gobierno. Estoy convencido de que vamos a crecer y además lo dicen todos los economistas, los propios y los ajenos, la discusión es cuánto. Pero el desafío no es crecer el año que viene sino crecer 20 años seguidos; crecer hemos crecido y después cuánta gente ha caído de la clase media a la pobreza y de la pobreza a la indigencia. Lo que tenemos que entender es que si, otra vez, porque el año que viene hemos crecido un 3% creemos que ya está, no hemos entendido que tenemos que hacer todavía reformas estructurales importantes y que un déficit fiscal como el que tenemos no es sostenible en el mediano plazo. Eso requiere que en las mesas de la producción y el empleo todos se sienten a ver qué va a ceder cada uno para llegar adonde queremos llegar en 2030, no a ver qué pueden sacar. Este año he visto a mucha gente queriendo dialogar para ver qué puede sacar; ahí avanzamos menos de lo que podíamos. Yo espero que este año haya sido un año de maduración donde la dirigencia política, empresaria, sindical y universitaria, todos, digamos: "Bueno, a ver cómo hacemos para no depender de que nos preste el mundo". ¿Pero cómo se convence a los argentinos de que esto es a largo plazo, porque estamos acostumbrados a vivir en el corto plazo? De hecho, un diciembre con problemas significarán un aplazo para usted…Para mí diciembre es un mes como cualquier otro. Creo que se ha construido un mito en torno a la fecha porque fue traumático lo de 2001. Pero creo que hay que vivirlo de otra manera porque la naturaleza marca que es al revés: los primeros quince días la mayoría de los argentinos quiere hacer lo que no hizo en todo el año; y en la segunda quincena uno ya empieza a pensar en sus vacaciones, en las Fiestas, el momento familiar, es otro clima y creo que hay que volver a conectarse con eso, porque es un mes para recargarnos de afecto y energía para emprender el año. Yo lo veo de esa manera.Es central dejar de hacer todas las cosas pensando en mañana, porque el populismo te lleva a que no pienses en el futuro y que lo hipoteques por un supuesto mejor presente. Entonces te quedás sin rutas, sin cloacas, sin energía y pensás que no importa porque ya va a aparecer una solución y no es así, entonces se corta la luz porque no hay inversiones.El otro día, por ejemplo, (el exsecretario de Energía, Daniel) Montamat dijo: "Nuestro éxito es volver a plantear la energía en términos de largo plazo". Yo se lo puse de otra manera: que nunca más sea el debate por la energía en (el programa de televisión) Intratables. Yo he visto a personas que nunca en su vida hicieron otra cosa más que prender o apagar la luz opinando sobre energía, que es complicadísimo. Yo como ingeniero y presidente he tenido horas de reuniones y todavía no termino de entender la dimensión global de todo lo que significa la exploración, la explotación, la generación, el transporte, la distribución, el consumo, la eficiencia energética, las energías renovables y veía un debate en el que hablaba y opinaba cualquiera. Entonces, esta es una demostración de lo que no tenemos que hacer. Lo que sí hay que hacer es apostar al mediano y largo plazo con preparación, no improvisación, creo que este es el tema de fondo, porque lo que nosotros estamos planteando no es un cambio económico sino un cambio cultural. Son otros valores: la verdad, el compromiso con el esfuerzo personal, que no es el sacrificio, sino que el esfuerzo es el que te dignifica, el que te hace ser quien sos. Yo quiero que cada argentino, que de verdad es lo más valioso que tenemos, pueda demostrar de qué es capaz. El de la Reforma Electoral ha sido un revés que el Gobierno no esperaba. En el Gobierno salteño estarían analizando utilizar, además de en la elección provincial, el sistema de voto electrónico para la nacional, como una prueba piloto y para evitar que los salteños vayan cuatro veces a las urnas. ¿Cómo verían desde la Presidencia esa situación?Me encanta la posibilidad de que Salta haga todo con boleta única electrónica. Salta innovó, primero que nadie y eso es un mérito muy grande. Además, el gobernador (Juan Manuel) Urtubey está entre los 20 gobernadores que apoyaron esta reforma política. Con lo cual estamos los 20 y el Presidente sorprendidos de que cuatro gobernadores y un senador hayan pisado la reforma. Pero yo creo que no la van a poder parar, porque los argentinos hemos decidido que queremos un compromiso con la verdad y la transparencia y el otro sistema solamente busca generar trampa. Pero, al menos esta vez, no les alcanzó para evitar el cambio, Cambiemos está acá porque a pesar de todas las trampas lo decidió el pueblo; pero se aferran. ¿Al gobernador Juan Manuel Urtubey lo ve como un aliado o como un adversario político?A pesar de que es un gobernador de otro partido lo veo en una actitud muy constructiva y lo veo razonando en términos de largo plazo, donde las reformas de fondo que hacen falta en la Argentina no pueden caer en la chicana política ni puede ser moneda de cambio para sacar una ventajita. Lo veo bien. Hoy se reúne el Foro del Tabaco en Buenos Aires, una economía regional de la que dependen 600 mil personas, y algunos de los temas que preocupan al sector son la presión impositiva y los costos de producción, principalmente gas. ¿Pueden encontrar soluciones de la mano del Gobierno?Estamos en diálogo permanente y queda claro para nosotros que las economías regionales explican la mayor parte del empleo que genera la agroindustria del país y además genera arraigo. Así que estamos, sector por sector, buscando soluciones. No es simple porque todos arrastran problemas de muchos años, pero espero que vayamos encontrando soluciones inteligentes como la encontramos con el azúcar a través del bioetanol, o con la fruticultura en el sur.
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