Los municipios de la provincia de Salta atraviesan una de las crisis financieras más profundas de los últimos años, producto directo del fuerte recorte en las transferencias nacionales implementado por el gobierno de Javier Milei.
La caída sostenida de la coparticipación, el aumento de los costos salariales y la ausencia total de obra pública nacional han dejado a numerosas comunas sin margen de maniobra, endeudadas y obligadas a aplicar ajustes sin precedentes para sostener el funcionamiento básico.
Desde el Foro de Intendentes de Salta, presidido por Marcelo Moisés (Apolinario Saravia), se advirtió que muchos municipios tuvieron que destinar el fondo compensador a pagar aguinaldos, y ahora deberán utilizarlo también para cubrir los nuevos aportes al IPS, que aumentaron considerablemente. Cada comuna deberá afrontar un aporte mínimo de $121.000 por trabajador, de los cuales alrededor de $70.000 corresponden a las arcas municipales.
Sin recursos para nuevas contrataciones, sin obra pública nacional y con una economía local estancada, los municipios apenas pueden sostener servicios esenciales como el alumbrado público, la recolección y los combustibles.
Los intendentes coinciden: si no hay reactivación económica, los ingresos seguirán cayendo y ningún fondo alcanzará para cubrir las necesidades básicas de los vecinos.