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Fueron detenidos y acusados de "secuestro y agresión".
Dos granjeros blancos fueron detenidos en Sudáfrica por meter a un hombre negro en un ataúd y amenazarlo con prenderle fuego. También grabaron la escena en un video que se viralizó por las redes sociales y generó una fuerte conmoción en el país, recordando las torturas a las que las autoridades sometían a los negros durante el apartheid.
En el video, se ve como dos hombres blancos vestidos a la manera tradicional de los granjeros sudafricanos le dicen en lengua afrikaans a su víctima que lo van a rociar con petróleo, además de amenazar con introducir una serpiente en el ataúd.
La víctima, Victor Rethabile Mlotshwa, permanece en silencio al principio, pero luego empieza a sollozar aterrorizado cuando uno de los dos granjeros intenta cerrar el ataúd empujando la tapa contra su cabeza. No está claro qué pasó luego.
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Los agresores, Willem Oosthuizen y Theo Martins Jacksonthen, comparecerán mañana ante un juez del Tribunal de la Magistratura de Middleburg, en la región nororiental de Mpumalanga. Están acusados de "secuestro y agresión con intención de causar daño corporal grave".
Dirigentes de Combatientes por la Libertad Económica, el tercer partido del país, aseguraron que "esta humillación está claramente basada en su color de piel, lo que significa que es una humillación del pueblo negro en su conjunto" y llamaron a ocupar la etsancia en la que el ataque ocurrió.
Sudáfrica desmanteló en 1994 el régimen de segregación racial del apartheid, poniendo fin a más de tres siglos de dominación blanca. Las cicatrices del pasado y las desigualdades entre blancos y negros son aún muy evidentes en el país pese a los avances graduales logrados en la era democrática. Los blancos representan apenas el 9% del a población pero concentran la mayoría de las riquezas del país.
Además, desde el pincipio del año, se notó un aumento de publicaciones racistas en las redes sociales, por lo que el gobierno sudafricano presentó un proyecto de ley que criminaliza la difusión del "discurso de odio" con penas de hasta 10 años de cárcel.
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