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Te amo, te odio, morite y no cambies nunca

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Te amo, te odio, morite y no cambies nunca

Por Eddie Fitte | Vivimos en un mundo donde algunos juegan y otros odian. El problema de los "sicarios del comment". Ojalá les guste el texto y no me puteen demasiado.

AMENAZA. “Si no dejan de insultarla voy a hacer mi cuenta privada”, dijo Bieber para defender a su novia.

eddiefitte Columnista Todo Noticias

El pasado 16 de agosto, el primogénito de internet, quizá su hijo más monstruoso –y el calificativo hace referencia a su tamaño y no a la cualidad de su música-, hizo privada su cuenta de Instagram. Justin Bieber, un chico que nació, creció y se enriqueció inconmensurablemente gracias a la exposición en las distintas redes sociales, no entendió el juego –o sencillamente se hinchó las pelotas del mismo- y se fue porque se agotó de leer cómo su fans de la corriente selenista insultaban a su nueva pareja, Sofia Richie, hija del gran Lionel. “Si no dejan de insultarla voy a hacer mi cuenta privada”, anunció Bieber, que a pesar de a haber vivido siempre consumiendo el amor y el odio de los fans, trolls y haters en los comments de cada cosa que hizo en su vida todavía no aprendió a lidiar con el hecho de que, sencillamente, no nos van a amar siempre todos.

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Sin ir más lejos, a principios de septiembre, la supuesta novia del gran hijo hispano de internet, El Rubius, salió a postear sobre el cansancio que sentía frente al permanente asedio de la gran masa de fans rencorosos del masivo youtuber. “Esta situación es tan ridícula, absurda, estrafalaria y grotesca, que me asusta”, confesó la joven modelo Irina, sospechada de ser la actual pareja del comediante digital más masivo del mundo hispanoparlante.

No son casos aislados. Si vamos un poco más para atrás, otra modelo que salió a hablar en nombre de una amiga fue María Del Cerro a mediados de este año: “No puedo entender tanta crítica y –sobre todo- tanta agresividad a la hora de escribir algo sobre otra persona y artista que se rompe el alma para poder hacer lo que hace”. Se refería a los continuos ataques que estaba sufriendo una chica que, a dónde va, es recibida por miles de jóvenes excitados al borde del llanto, que la han llevado a los primeros lugares del Billboard mundial: Lali Espósito. El problema era que un reducido grupo de sicarios del comment no paraban de postear sobre sus supuestos casos de playback o el hecho de que sea relativamente petisa. El detalle de que una cercana amiga de la megaestrella del semillero de Cris Morena saltara a la defensiva habla a las claras de que Lali estaba pasando por un momento desagradable, por culpa de cuatro imberbes atrincherados anónimamente atrás de un teclado lleno de soledad, tristeza y furia.

Si nos quedamos en ese círculo de estrellas teen, podemos observar la misma vulnerabilidad en la China Suárez, que desde hace no demasiado tiempo elimina todos los comentarios que solían decorar con flores y algunos escupitajos flemosos cada una de las placas que ésta posteaba. El estallido de furia de la masa troll se dio luego del incidente de “la palta”, y desde entonces, fans de Pampita (?) u otras "corrientes intelectuales", empezaron a atacarla por haber terminado con el ahora exmarido de la supermodelo.

Podemos linkear para ir al caso del primer comediante –él sólo-en llenar un Gran Rex, Grego Rosello, que está de novio con Stephanie Dremner, amiga de la China. El caso de uno de los instagrammers de mayor alcance es por mucho similar al resto. Donde su novia, otra influencer repleta de seguidores, es atacada en las fotos por –aparentemente- “no ser digna” de acompañar al comediante. Él es criticado por “ya no ser el mismo” cuando, en definitiva, sigue haciendo exactamente lo mismo que hizo siempre nada más que ahora tiene una novia y varios sponsors –una mera y comprensible consecuencia de llegar cada vez a más y más personas-.

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Sin embargo, él siente la permanente necesidad de aclarar, de manera asidua, que sigue siendo el mismo, cada vez que 10 solitarias e infelices almas le recalcan que “ya no sube más vídeos”. Esas críticas se volvieron más fieras y personales cuando el comediante subió una foto sin remera, en unas vacaciones junto a su flamante pareja, y una horda de trolls se le fue al humo sencillamente porque no tenía el abdomen de Pepe Meolans. Porque mostró que era normal. Todo continuó con una serie de (varios) vídeos donde él comentaba la situación visiblemente alterada por los dichos de un puñado de imbéciles que le decían “fofo” o “cornudo” por estar con una mina con la que ellos no podrían estar.

“Los jugadores van a jugar, jugar, jugar, jugar. Los que odian van a odiar, odiar, odiar, odiar”, dice en su canción la célebre filósofa contemporánea Taylor Swift y, sinceramente, no se equivoca. Vivimos en un mundo donde algunos juegan y otros odian. Las benditas y malditas redes sociales lo único que han logrado es potenciar los dos bandos: democratizaron el juego (hoy todos podemos ser estrellas si le encontramos la vuelta a explotar nuestras características individuales para generar mayores identificaciones en los otros); y también, empoderaron a los que odian u odiamos.

¿Por qué nos nace ese impulso haters cuando estamos frente al teclado? ¿Es acaso la impunidad del anonimato o el hecho de sentir que estamos disparando al aire y nada puede suceder? Sea cual fuera la respuesta, es evidente que esas balas que creemos pérdidas, impactan y lastiman feo.

Lo que no entiendo es no sólo al troll, sino a esta gente. A esa mina que de Italia a Israel llena estadios completos; a los comediantes que viven de hacer lo que les gusta y los chicos se cagan a codazos para ver si se pueden sacar una seflie con ellos; a ese músico que tiene un talento abrumador desde que empezó a tocar la batería a los 4 años y ahora lo tiene todo y no… Se frena a leer lo que comenta un tarado que se acaba de comer unos fideos recalentados con tuco y porque está solo y triste en la casa y se pone a comentar las fotos de la gente a la que sigue porque no tiene amigos que le contesten en los grupos de whatsapp. Quizá sean humanos y, como todos, sólo quieran ser queridos.

Me pregunto, por otro lado, ¿de qué nos sirve tanta interacción? ¿Es verdaderamente necesario que cada espacio de noticias tenga un lugar para que el público tenga brotes de ira nazi-fascistas-falangistas? Al final, quizá la China Suárez haya encontrado la solución para exponer aquello que queremos de nuestras vidas privadas en busca de likes sin llevarnos un disgusto mientras chequeamos los comments.

Hay una cosa que es cierta: las reglas del juego de lo público son esas. Si te parás arriba del escenario, hay gente que te va a aplaudir y otra que te va a silbar. Pero acá no hay silbidos porque en internet no hay espacio para los tibios. Acá más que silbidos vuelan cascotes. Nosotros lo sabemos bien: una cosa son los hinchas y otra muy distinta los barrabravas.

“El odio es como beber veneno y esperar que el otro muera”, decía San Agustín, que seguramente hubiera sido un gran twittero. Nos está pasando exactamente eso. Me incluyo porque suelo pecar de cobarde lanzador de piedras anónimas y esto también es un mea culpa. Estamos mostrando públicamente nuestro patetismo, nuestra falta de vida propia lo suficientemente rica e interesante como para entretenernos con ella y no con “el juego” –citando las palabras de Taylor Swift- de los otros.

Hoy imaginé de vuelta un mundo sin celulares. Un mundo sin aplicaciones que tengamos que estar chequeando todo el tiempo y actualizando para ver cuántos likes o no sumamos en Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, o cuántas captions en Snapchat recibimos. Inevitablemente se me vino el meme de los Simpsons y el mundo sin abogados porque, ya lo sabemos, Matt Groening explicó el funcionamiento del mundo de una manera incluso más macro que el mismo Karl Marx.

Ojalá les guste el texto y no me puteen demasiado. Porque sino voy a tener que ponerme a bailar al ritmo de Shake it Off. Y, créanme, no me gusta mucho Taylor Swift.

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Comentario de Pauu Mattia

Todo Noticias Pauu Mattia Pauu Mattia eddie sos un capo, capo capo capo, te amo fuerte

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Comentario de Mafy Sanchez

Todo Noticias silvia sanchez Mafy Sanchez EDDIE MUY BUEN INFORME, TOTALMENTE CIERTO !!! GENIO TOTAL, UN ABRAZO GRANDE DESDE FORMOSA CAPITAL!!!

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