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¿Todavía se puede evitar el paro nacional?
¿Cuál es el problema que lleva a la amenaza de medida de fuerza? La falta de plata, en el sector público y en el privado. Por Edgardo Alfano.
"Si me preguntaban hace una semana, decía que no había ninguna posibilidad de hacer un paro, pero ahora la cosa cambió", comenta resignado un encumbrado dirigente sindical que tiene buena llegada al presidente Mauricio Macri.
Es cierto que hay un sector del Gobierno que prefiere enfrentar un paro y sacárselo de encima antes de darle un sacudón importante a las arcas fiscales y generarle un problema de difícil resolución al sector privado. Pero también hay otros funcionarios que saben el riesgo que implica entrar en un espiral de protestas y huelgas. Y no sólo por la proximidad de fin de año.
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Aquellos que no componen la "generación digital" de jóvenes funcionarios PRO recuerdan con preocupación la experiencia del alfonsinismo, que debió enfrentar 13 paros de la CGT que comandaba Saúl Ubaldini. Y eso también lo saben los sindicalistas que empujan la huelga nacional y sueñan con el retorno del Peronismo clásico al poder, en 2019.
Pero, ¿cuál es el problema que lleva a la amenaza de paro por 24 horas a convertirse en una realidad, antes de que termine octubre? No hay demasiadas vueltas. La falta de plata, en el sector público y en el privado.
Funcionarios y sindicalistas negocian por el bono de fin de año y la exención de Ganancias para el medio aguinaldo de diciembre. Para analizar la erogación del Estado debemos tomar en cuenta que el bono tendrá que comprender a empleados públicos y jubilados (que menos ganan) y a beneficiarios de planes sociales.
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Aquí es dónde las cuentas no le cierran al Gobierno y limitan el valor del bono. Para colmo, gobernadores e intendentes dicen que no tienen los fondos necesarios para pagarlo, aunque sea por única vez y como cifra no remunerativa. Por esa razón le reclaman ayuda adicional a la Casa Rosada.
Del lado privado la cosa tampoco es sencilla. Los empresarios que mantienen un diálogo fluido con el Gobierno dicen que no están en condiciones de afrontar el pago de un bono como quiere la CGT, es decir, que no sea menor a los 2 mil pesos. Argumentan, inclusive, que hay actividades donde todavía no se terminó de pagar el aumento salarial pactado para este año y que tienen la presión de algunos gremios para reabrir las paritarias.
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Esa presión también se da en el sector público, pero ya se anunció que los estatales no volverán a negociar salarios antes de fin de año. Y como si esto fuera poco, está la limitación que esgrime el Gobierno para la exención de ganancias sobre el medio aguinaldo.
Con este panorama siguen negociando y formalmente se verán la cara entre el miércoles y jueves próximos, cuando los integrantes del gabinete económico y social den formalmente respuesta a las demandas de la CGT. Si el fracaso es el final del camino, no habrá reunión con Macri. Sólo se podrían encontrar con el Presidente si unos y otros logran superar este problema, que, con seguridad, no será el único y difícil obstáculo que les espera.
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