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Tras la pobre marcha del sábado, Cristina Kirchner eligió el suicidio político

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Tras la pobre marcha del sábado, Cristina Kirchner eligió el suicidio político

Por Alfredo Leuco |Ojalá la expresidenta empiece a tener responsabilidad, pero que no se detone con nosotros adentro, porque en el avión llamado Argentina, viajamos todos.

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Alfredo Leuco Columnista Todo Noticias

Hubo una frase que impactó muy fuerte en la presunta Marcha de la Resistencia. Hebe de Bonafini dijo 'Macri, te vas a caer sólo, hijo de puta'. La frase la dijo de Bonafini en esa marcha tan escuálida, pobre y con poca gente en la Plaza de Mayo. A su lado, abrazándola, estaba Máximo Kirchner, el máximo responsable de ese fracaso movilizador.

Con esa marcha no hicieron otra cosa que exponer su debilidad, mostrar la falta de poder de convocatoria. Una de las consignas de la convocatoria era 'Cristina conducción'. Eso quiere decir que allí concurrieron los más fanáticos, los dogmáticos, los talibanes, esos que no tienen ni voto ni representatividad y se esconden tras la pollera de la expresidenta.

Máximo Kirchner no le dijo a de Bonafini que no podía augurar la caída del Gobierno ni insultar de esa manera al Presidente. No dijo una palabra. Cristina Kirchner también se quedó muy callada porque, a esta altura, parece que la titular de Madres de Plaza de Mayo actúa como la vocera de la exmandataria: no la corrigió, no la desmintió, no tomó distancia ni ese sábado cuando de Bonafini expresó esa brutal y casi golpista expresión de deseo.

La expresidenta tampoco tomó distancia cuando la extitular de Madres comparó a Mauricio Macri con Adolf Hitler, en una banalización y un vaciamiento de contenido de los que fue el Holocausto.

Ese situación, esos silencios, la han llevado a Cristina a radicalizarse cada vez más. Radicalizarse en la vida política de hoy es como estar parado en un pantano: mientras más se mueve, más se hunde. Más se radicaliza, más se va acotando. Más se va sectarizando.

En la Marcha de la Resistencia no hubo un solo gobernador del peronismo, sólo estuvo el intendente de Ensenada, Mario Secco. Prácticamente no hubo peronistas, sino piantavotos que vienen de distintas experiencias como los Martín Sabbatella, que perdió en su propio distrito de Morón, y que junto a Aníbal Fernández fue uno de los mariscales del fracaso histórico más grande del peronismo en la provincia de Buenos Aires; Agustín Rossi, que perdió las internas del Frente para la Victoria de su distrito. Ese tipo de personajes estuvieron en la marcha.

Al lado de Máximo había personajes impresentables, patoteros, violentos y absolutamente rechazados por la gran mayoría de la sociedad como el líder de Quebracho, Fernando Esteche; el titular de MILES, Luis D'Elía; y el exsecretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Moreno si es peronista, sólo que derechoso y macartista. Lo hemos visto hacer cosas increíbles a Moreno: dijo barbaridades, amenazó a periodistas, llevó adelante actitudes ampliamente repudiadas. Incluso caracterizó a Jorge Verbitsky, el jefe de inteligencia informal del cristinismo, como el ala izquierda de Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín.

Los muchachos están desesperados y están muy lanzados. Ven que Cristina se cae. Hebe de Bonafini dice que se cae Macri, pero la que se está cayendo es Cristina. Cae su imagen, su capacidad de conducir políticamente. Con el avance de las causas, Cristina se va acercando, cada vez más, a la cárcel. Todo esto se debe a su mala praxis política, su falta de capacidad. Pero el problema más grave que tiene es que robó como nunca antes se había robado en el Estado democrático argentino y la descubrieron. Está muy aislada. Está en el horno.

Todo lo que Cristina genera es caos y hostilidad porque comprendió que la única manera de salvarse de ir a prisión es generar disturbio y conflicto desde el punto de vista político, la suficiente turbulencia institucional para que la Justicia quede intimidada y no la lleve a investigación hasta último momento.

Cristina hizo una carta dirigida a Lula, comparándose en su situación con Dilma Rousseff. No es lo mismo Dilma que Cristina. La presidenta suspendida de Brasil está por ser destituida por un juicio político y en ningún momento se la acusa de corrupción. La mandataria brasileña despidió a 10 ministros de su gabinete acusados por corrupción. Cristina fue derrotada por las urnas, por el voto libre de los argentinos, por la soberanía popular. No hubo aquí juicio político sino el juicio de las urnas.

El forúnculo de la corrupción sigue supurando. En las últimas encuestas, la corrupción es el tema principal en la preocupación de los argentinos. Lo que ha pasado en Los Sauces es verdaderamente vergonzoso: la familia que gerenciaba el hotel le tiró las llaves, le dijo que no lo quiere gerenciar más. ¿Por qué pagaban alquileres mensuales carísimos cuando el hotel no era rentable? ¿Por qué un hombre que recibía obra pública, a su vez, le alquilaba el hotel a la expresidenta?

Algo similar ocurría en Aerolíneas Argentinas. La línea de bandera nacional no sólo hacía que sus empleados durmieran en el hotel de la jefa de Estado sino que además pagaba sobreprecios y, en los últimos tiempos, no se encontraron recibos por esos servicios. No hay facturas. No está bien claro cuánto pagaban o si la tripulación era de seis ó 20 personas.

La exprocuradora del Tesoro de la Nación, Angelina Abbona, está cobrando más de $210 mil de jubilación. Abbona está refugiada en ese aguantadero en el que se convirtió la gobernación de Santa Cruz de Alicia Kirchner. Abbona está acusada de haber ocultado y de haber hecho desaparecer discos rígidos de la computadora para proteger a todo el sistema corrupto que rodeaba a los Kirchner, a los testaferros, a los amigos, a los empleados y a los socios de su familia. Su esposo, Enrique Mengarelli, le pegó una cachetada y provocó a nuestro compañero Ignacio Otero.

Ibar Esteban Pérez Corradi dijo que el negocio de la efedrina lo manejaba el extitular de la AFIP, Ricardo Echegaray, y que le paga US$ 750 mil dólares a Aníbal Fernández para que lo dejara actuar con tranquilidad. Martín Lanatta, condenado por ser el autor material del triple crimen de General Rodríguez, había dicho que Aníbal Fernández es el hombre más rico de la provincia de Buenos Aires y que él los había liberado porque los querían matar para que no declararan en contra de él y generarle, de paso, una situación de ingobernabilidad tanto a María Eugenia Vidal como a Macri.

Todo lo que pasó con Lázaro Báez roza el realismo mágico: ya le habían descubierto 147 propiedades y ahora aparecieron 100 propiedades más. No hay mucha gente que tenga 247 propiedades: es el terrateniente más importante de la Argentina. En un sector de esa propiedades ha tenido complicidad con Cristina y Néstor Kirchner. Hasta el propio abogado de Leandro Báez, Santiago Viola, dijo que Cristina Kirchner tiene que ir presa.

Porque es posible que termine en el juicio y castigo que toda persona que merece toda persona que ha robado. No le tiembla la mano a Cristina a la hora de jugar con lúmpenes, fanáticos y algunos hombres de los servicios de inteligencia en retiro efectivo.

Cristina está dispuesta a todo. A patear el tablero, si fuera necesario. Es la caída de Cristina, es su suicidio político que se certificó en esa marcha tan flaca, tan pobre del sábado. Ojalá Cristina empiece a tener responsabilidad. Que no se detone con todos nosotros adentro, porque en ese avión, llamado Argentina, viajamos todos.

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