Nota principal
La historia de la anciana que figura como fundadora de 130 firmas vinculadas a Carlos Tomeo no es un caso aislado. Los testaferros que fueron "víctimas" de hombres poderosos.
Delia Teresa Ordoñez, la jubilada de 76 años y supuesta fundadora de 130 sociedades vinculadas al empresario Calos Daniel Tomeo -denunciado por Elisa Carrió de ser testaferro de Aníbal Fernández-, se suma a una larga lista de prestanombres que ayudaron a hombres del kirchnerismo a crear firmas que escondían su identidad. Casi tan poco creíble como que una monotributista funde una tabacalera sonó en 2012 que un hombre que cobraba un plan social fuera el dueño de Ciccone Calcográfica, o que el empleado de una cochera tuviera un auto importado.
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La historia se repite. Son personas que pasan necesidades económicas y son tentados por plata a cambio de poner su firma en propiedades o sociedades que, en realidad, son de gente que quiere esconder sus negocios y su identidad.
Carlos "Piluso" Schenider cobraba un plan Argentina Trabaja y figuraba como dueño de Ciccone Calcográfica, la fábrica de billetes por la que el exvicepresidente Amado Boudou terminó procesado por negociaciones incompatibles y cohecho en la venta de la empresa al grupo de inversión The Old Fund.
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Schneider vivía en el sur del conurbano bonaerense, en una calle de tierra de la localidad de Longchamps, y era el apoderado de Tierras Internacional Investment, que a su vez era la dueña de la imprenta Ciccone Calcográfica. ¿Cómo llegó a eso? Porque alguien le pagó $200 para poner su firma y convertirse en el dueño.
Pedro Agustín Román Martínez corrió una suerte parecida. Trabajaba en una cochera de Retiro y pasó a ser testaferro del exsecretario de Transporte, Ricardo Jaime. La esposa del exfuncionario que está preso estacionaba el auto en ese estacionamiento y le ofreció plata por poner un auto de lujo importado a su nombre.
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El hombre, que no tenía agua caliente en su casa, admitió ante la Justicia que había accedido a poner su firma y dijo: "Hice las cosas mal". El "favor" le valió un procesamiento judicial, aunque finalmente fue declarado inocente.
También, la Justicia todavía investiga si Hugo Blanco, un hombre que vivía en una casa de barro, cobró 2 millones 100 mil pesos por haberse aprovechado de gente que recibe el plan Argentina Trabaja en Quilmes. La sospecha es que no recibió esa plata, sino que alguien la cobró por él.
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