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Vecinos se defienden de la inseguridad con palos y cuchillos en Quilmes y Lomas de Zamora
Un informe de Periodismo para todos reveló las situaciones extremas que viven los habitantes del Sur del Gran Buenos Aires. Qué pasa en el cruce de la avenidas Pasco y Donato Álvarez.
En el Sur del Gran Buenos Aires la inseguridad se transformó en un verdadero infierno. Cansados de que los asalten, vecinos de Quilmes y Lomas de Zamora salen de sus casas con palos y cuchillos para defenderse ante posibles ataques.
Un adolescente contó a Periodismo para todos que siempre que camina por la calle lleva un pedazo de tubo de gas porque le robaron dos veces. También, recordó que a un amigo suyo le dieron un tiro en la pierna, solo para sacarle el celular.
Las medidas drásticas de defensa no distinguen sexo ni edad. "Mi hija anda con gas pimienta en la cartera y un cuchillito o una cortaplumas por las dudas" , relató Nélida, una vecina de Lomas de Zamora. La mujer dijo que a su hija la asaltaron dos motochorros y le cortaron la cara y el brazo. "Acá tenés de que defenderte", afirmó.
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Además de los palos y cuchillos, los horarios coordinados y las estrategias en grupo también forman parte de las tácticas para combatir los robos. Otra vecina contó que la delincuencia en el barrio "es un infierno" y dijo que, como le robaron cuatro veces, se puso de acuerdo con una mujer que vive a la vuelta de su casa para salir juntas. Entre las dos, diseñaron una estrategia por Whatsapp para poder controlar mutuamente por donde va cada una.
El cruce de la avenidas Pasco y Donato Álvarez une Quilmes, Lomas de Zamora y Lanús. La Policía no llega a esas calles porque no está delimitado a cuál de las tres jurisdicciones pertenece el territorio. Esta situación hace que el delito sea una constante y que las medidas que toman las personas que pasan por ahí sean aún más drásticas. La gente espera los colectivos con palos, armas y cuchillos. "Toman un remis por tres cuadras", contó Laura, una telefonista que trabaja en la zona. A esto se suman los autos que no paran en el semáforo por miedo o los vecinos que caminan con perros.
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Para quienes habitan en el cruce defenderse con palos no es una exageración. Marcelo, dueño de una verdulería, explicó que ya entraron a robarle delincuentes armados y que los asaltos ocurren a cualquier hora. "De milagro no me dieron un tiro. No me queda otra que resistirme al robo, tengo que trabajar", concluyó.
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