Análisis, Un mes con el Samsung Galaxy Note 9

El último móvil estrella de Samsung, el Galaxy Note 9, compite por ser el número uno entre los smartphones de gama alta del año. Un motivo poderoso para probarlo durante cuatro semanas y emitir un veredicto. Fotografías de día y de noche, juegos (Fortnite incluido), reproducción de capítulos de series y películas, uso intensivo de redes sociales, navegación por Internet o consulta del correo electrónico, son algunas de las pruebas a las que lo hemos sometido.

En líneas generales, podemos afirmar que el Galaxy Note 9 combina lo mejor del Note 8 y del Galaxy S9; dispositivos que hemos tenido la oportunidad de analizar en el espacio Banco de Pruebas, de EL PAÍS Escaparate. Del primero, toma un diseño serio y elegante con la pantalla más grande entre los terminales de la coreana, así como su característico lápiz digital stylus (S Pen). Del Galaxy S9 hace uso de la misma configuración y las características de sus cámaras aunque perfecciona su funcionamiento con el uso de Inteligencia Artificial.

Análisis y valoración

Este smartphone mantiene la estética premium y la construcción exquisita propia de la familia Note, la más avanzada dentro del catálogo de la coreana. Con un exterior en el que las líneas rectas (suavizadas en los bordes) son protagonistas, resulta bastante grande y pesado al compararlo con la competencia.

Nos gusta que prescinda del ya casi omnipresente ‘notch’ en la pantalla, que mantenga el conector para los auriculares y que el lector de huellas se haya desplazado bajo la cámara. Este sensor funciona de forma muy rápida, aunque cuesta unos días acostumbrarse a su localización y, sobre todo, a un tamaño demasiado reducido para nuestras preferencias, lo que provoca que en ocasiones no se coloque el dedo en el lugar preciso. Se complementa con un sistema de seguridad biométrico que combina el reconocimiento facial y de iris que funciona de forma muy positiva cuando hay buena luz en el entorno, aunque se ralentiza cuando empeoran las condiciones. La primera opción es la que más hemos utilizado durante el mes de pruebas, ya que es la que ofrece mayor seguridad y un funcionamiento más fluido.

Escondido en el marco inferior derecho se encuentra el stylus S Pen, el lápiz electrónico característico de los Note, que ahora se conecta a través de Bluetooth al terminal e incorpora un botón adicional. De esta manera, a las funciones que ya tenía (mensajes animados, anotaciones, creación de GIFs, escritura a mano…) añade ahora la opción de utilizarlo como un disparador inalámbrico para hacer fotos, pasar diapositivas en una presentación, pausar o reanudar la reproducción de un vídeo… Además, Samsung contempla la posibilidad de que esta capacidad pueda aprovecharse en todas las apps del teléfono, por lo que a partir de finales de año los desarrolladores podrán integrarlas si así lo desean.

Este funcionamiento “independiente” hace necesaria una fuente de energía. Al ser un dispositivo tan pequeño, en lugar de incorporar una batería propia recurre a un condensador que se recarga en menos de un minuto. Por eso, y aunque la autonomía teórica es de 30 minutos, no nos hemos encontrado en la situación de que se haya agotado y no podamos utilizar estas nuevas funciones. Ha sido suficiente con introducirlo de nuevo en el teléfono cuando hemos dejado de usarlo. Además, así se evita que se pierda.

Para jugar

Pantalla, audio y rendimiento se unen en el Note 9 para ofrecer una experiencia durante los juegos superior a la de muchos modelos de gama alta y que, en ocasiones, incluso hace sombra a la que se obtiene con los pocos modelos gaming específicos lanzados al mercado.

Cuenta con una amplísima pantalla de 6,2 pulgadas con tecnología Super AMOLED y resolución QHD que ofrece una estupenda respuesta táctil y permite disfrutar de imágenes con colores muy vivos, óptimos niveles de contraste y gran nitidez y resolución. Se completa con un sistema de sonido compuesto por dos altavoces calibrados por la marca de audio AKG (que también firma los auriculares incluidos en la caja), que proporciona un sonido estéreo nítido, profundo, rico en matices y sin distorsiones al subir el volumen. Incluso, puede imitar el sonido envolvente cuando se activa la función Dolby Atmos. La mejora es patente, aunque obviamente no es un efecto comparable al de un sistema dedicado.

En lo que al rendimiento se refiere, demuestra una fluidez constante no sólo en los juegos, sino en cualquier tarea y situación gracias a una configuración encabezada por un procesador Exynos 9810y 8 GB de memoria RAM. Además, con la presencia de un sistema de enfriamiento basado en la refrigeración carbono-agua evita que la temperatura se eleve demasiado cuando se usa de forma prolongada: sólo hemos notado cierto recalentamiento tras largas partidas.

En lugar de venir con Android Pie, el Note 9 funciona con Oreo provisto de una capa de personalización que lo disimula por completo. Estéticamente resulta muy atractiva y es muy intuitiva, aunque sigue notándose demasiada presencia de apps duplicadas.

Por otro lado, presume de autonomía con una batería de 4.000 mAh que supera con soltura la jornada de uso, convirtiéndose en una de las mejores experiencias que hemos tenido en los últimos meses con un móvil. También es compatible con la carga rápida (no podía faltar en un gama alta), consiguiendo el 50% en unos 50 minutos.

Cámara inteligente

Para nuestra sorpresa, Samsung ha decidido incorporar en el Note 9 el mismo conjunto de doble cámara trasera que ya vimos en el Galaxy S9 hace algunos meses. En concreto, se trata de una con lente gran angular de 12 megapíxeles y otra con teleobjetivo con la misma resolución, cuya combinación permite realizar un zoom óptico de las escenas y tomar los populares retratos con el fondo desenfocado. El sensor gran angular cuenta además con apertura variable mecánica: según la luz que haya en el entorno, la apertura pasa de f2.4 a f1.5 de forma automática, imitando cómo funciona la pupila del ojo humano.

¿Qué tiene de nuevo? Aplica Inteligencia Artificial para optimizar las imágenes -reconoce la escena y el sujeto, y adapta balance de blancos, contraste y saturación-, así como para detectar si una foto ha salido borrosa, si el sujeto cierra los ojos, si el objetivo está sucio… En este caso, el móvil muestra una notificación para que podamos repetir la toma de forma inmediata. ¿Funciona bien? Más o menos. Y es que en muchas ocasiones sí alerta correctamente, pero en otras (las menos, eso sí) confunde algunas situaciones: si guiñas mucho los ojos al sonreír, por ejemplo.

Si la base de la que partía esta cámara era buena, con esta modificación ha mejorado algo más durante el día y durante la noche. A plena luz apreciamos fotografías nítidas y con colores intensos (ideal para redes sociales), mientras que por la noche captura mucha luz y controla el nivel de ruido, con ciertos errores comunes en zonas muy luminosas.