Nota principal
Esta patología se caracteriza por severos cambios en el estado de ánimo, en los que el paciente alterna episodios de depresión y de euforia. Es difícil de diagnosticar y está lejos del significado con el cual se la generalizó.
Durante la etapa maníaca, se consideran invencibles, mientras que, en la depresiva, pierden las ganas y la voluntad. No se trata de los altibajos por los que todas las personas atraviesan, sino de algo más grave denominado trastorno bipolar (TB), una patología sobre la cual cada día se conoce más.
Las personas con TB experimentan bruscos cambios en el estado de ánimo. Sin paradas intermedias, pasan de la euforia a la depresión y tristeza,y cada uno de ellas puede durar, incluso, varias semanas. El TB deteriora los vínculos familiares, sociales y laborales con los más cercanos al afectado.
Durante la manía, son muy frecuentes los sentimientos de alegría, buen ánimo, ansiedad e inquietud; también exaltación, irritabilidad y sensibilidad. Es habitual que realicen gastos de más y tengan serios problemas para dormir y relajarse.
En la etapa depresiva, en tanto, se sienten tristes, preocupados, olvidadizos, sin energía y con pensamientos muy negativos. Manifiestan desinterés, están desganados e inactivos, cansados.
Lo que hace patológicos los cambios de humor son su intensidad y su frecuencia. Por lo tanto, deberíamos alarmarnos si son exageradamente intensos o frecuentes, dice Eduard Vieta, jefe de Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clinic de Barcelona, España.
El TB podría ser provocado por un desequilibrio químico en el cerebro, aunque sus causas aún no son claras y no es fácil de diagnosticar. En ocasiones, es hereditario. Afecta a alrededor de 60 millones de personas en todo el mundo, afirman desde la Organización Mundial de la Salud.
Algunos sufren TB durante varios años antes de que alguien lo sepa. Esto se debe a que los síntomas pueden semejarse a varios problemas diferentes. Familiares y amigos tal vez no se den cuenta, y el especialista podría confundirlo con otra patología.
El tratamiento consiste en detener estos cambios. Los medicamentos estabilizadores del estado de ánimo se emplean para equilibrar los picos de manía y depresión. Los antidepresivos ayudan a reducir los síntomas depresivos. La psicoterapia también es importante.
Algunas personas con TB no desean recibir tratamiento y, a menudo, no se dan cuenta de cuánto afecta sus vidas y las de los que están alrededor. Por otra parte, se sienten muy productivas y poderosas durante la fase maníaca y no están dispuestas a renunciar a eso.
No es fácil que el paciente acceda a consultar con el especialista, por eso, es importante la actitud de familiares y amigos.
El objetivo principal del tratamiento es lograr que los episodios sean menos frecuentes e intensos, promover el buen desempeño del paciente, ayudarlo a que pueda disfrutar de las situaciones de la vida y a prevenir la autoagresión y el suicidio.
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