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Trabajan en una clínica y ella lo denunció por abuso sexual

Policiales | Abuso sexual Trabajan en una clínica y ella lo denunció por abuso sexual

14 de enero 2017 – 01:30 La chica de 20 años y se desempeña como mucama en un sanatorio de Tartagal. El sujeto acusado la dobla en edad y es el chofer de una de las ambulancias.

  • Hasta ayer el chofer de la ambulancia, un hombre vastamente conocido en la ciudad de Tartagal, todavía no había sido citado por la Justicia ni había sido detenido por la Policía. La denuncia de su joven víctima fue radicada hace varios días en la sede judicial de esa ciudad. El expediente que se inició con el relato de la muchacha pasó al Juzgado de Violencia de Género del Distrito Judicial de Tartagal.

Cristina Carrazán

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{[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ content ]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ caption ]}{[copyright]} {[ titulo ]} {[ epigrafe ]} {[ copyright ]} Una joven de solo 20 años, quien trabaja como mucama en un conocido sanatorio de la ciudad de Tartagal, habría sufrido un incalificable abuso sexual por un hombre que la dobla en edad y que desde hace años se desempeña como chofer de una de las ambulancias del ese centro médico.
Afortunadamente fueron los mismos directivos del establecimiento, con el asesoramiento de la abogada que representa los intereses de la empresa, quienes convencieron a la chica para que formalizara la denuncia penal. La muchacha, como suele suceder en estos casos, por vergenza y por evitarle un mal momento a su familia se negaba a denunciar, pero finalmente accedió.
Los hechos
Según la joven, domiciliada en Villa General Gemes de la norteña ciudad, los hechos se produjeron el pasado 6 del corriente, alrededor de las 5.15, cuando ingresó el primer turno junto al resto de dotación de mucamas que se distribuyen en los diferentes sectores. La joven, con lujo de detalles, contó que "como todas las mañanas me dirigí hacia el laboratorio ingresando por la guardia. Firmé la planilla e ingresé a una oficina para tomar las llaves del laboratorio, como siempre lo hago. Al salir de esa pequeña oficina el chofer de la ambulancia (a quien identificó por su nombre y cuyas iniciales son D.C., domiciliado en el barrio Provincias Unidas), que estaba de guardia, se paró en la puerta impidiéndome que salga, por lo que lo empujé con mi cuerpo y salí de todos modos, aunque me pareció una broma de muy mal gusto".
La chica declaró que "una vez con las llaves en la mano me dirigí hacia el sector B, donde se encuentra el laboratorio, para encender las luces y comenzar a limpiar, cuando vi que el chofer también ingresaba al laboratorio casi por detrás mío. Me tomó de ambos brazos y con toda fuerza me arrojó sobre una heladera. Comenzamos a forcejear porque traté de defenderme, pero no pude impedir que me venciera con la fuerza de sus brazos. Me arrancó la remera, la ropa interior y comenzó a someterme. Me daba tanto asco que me tocara de la forma en que lo hacía que llorando y totalmente agotada de tanto luchar le dije que eso no iba a quedar así y que le iba a avisar al jefe de personal. Me soltó y me dijo que lo esperara, que ya regresaba porque, a pesar de mi actitud de total rechazo, tenía la intención de continuar sometiéndome. No sé por qué me dejó unos minutos, que aproveché para poner llave y encerrarme; cuando regresó golpeaba para que yo le abra la puerta. Yo lloraba casi en silencio para que pensara que me había escapado, pero este depravado estaba seguro que yo seguía adentro. Como si yo hubiera consentido su agresión, por la puerta me decía que ese era mi regalo de Reyes y que al día siguiente me iba a dar otro y no sé cuantas cosas más".
La denuncia
La joven refirió en su denuncia que se quedó encerrada hasta que se repuso de la brutal agresión. Cerca las 7.30, cuando ingresó el jefe de personal, fue a relatarle totalmente aterrada lo que le había sucedido. En forma inmediata el superior de la joven ordenó que se le remitieran las cintas de las cámaras de seguridad, tanto de la guardia, donde se produjo el primer acoso, como de la entrada del laboratorio. En las imágenes quedó claramente reflejado el momento en que el chofer de la ambulancia se coloca delante de la joven para impedirle salir y obligarla a rozar su cuerpo con el de él, y el momento en el que llega por detrás de la trabajadora al sector de laboratorio, apaga la luz del pasillo e ingresa al interior, donde se produjo la brutal agresión sexual.
"Yo me negaba a hacer la denuncia porque me daba mucha vergenza por mis compañeros de trabajo, que se van a enterar de todo lo que me sucedió, y por mi esposo, que se sentirá humillado por esta situación; esperé varios días pero el jefe de personal, la abogada del sanatorio y otros directivos me convencieron de que formalizara la denuncia para que a ninguna otra trabajadora le pasara algo parecido y para que se haga justicia con este pervertido, que me hizo pasar un momento horrible y que nunca podré superar", expresó la joven en su presentación ante la Justicia.
Aparecen

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