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Piedra libre a los pujllay de la alegría en los carnavales del extremo norte del país

Turismo

26/02/2017 Jujuy

Piedra libre a los pujllay de la alegría en los carnavales del extremo norte del país

Jujuy reeditó los festejos del popular carnaval norteño, dando piedra libre a los Tramposos Pujllay -Diablos de la Alegría– que fueron desenterrados esta tarde en los poblados de la Quebrada de Humahuaca y que, como marca la tradición oral, coparán por nueve días sus callecitas con múltiples bailes carnestolendos que congregan a miles de jujeños y turistas.


"Soltame Carnaval" es la excusa con la que desde las primeras horas de la mañana se inició un éxodo de autos por la ruta nacional 9, única vía de llegada a los pueblos de la Quebrada de Humahuaca, donde se desarrollaban las celebraciones de origen ancestral más convocantes, en las cuales propios y extraños se vuelven protagonistas.
Papel picado, serpentina, talco y albahaca, además de banderas, flores, bombas de estruendo, coca, cigarrillos y bebidas típicas cubrieron el paisaje quebradeño acompañando el festejo, para jugar, para ofrendar, para chayar.
A lo largo de la región quebradeña, como ser en Humahuaca, Tilcara, Maimará, Uquía, Purmamarca y Huacalera, entre otros parajes, los festejos se muestran con rasgos similares, siendo el espacio principal para la diversión las calles de los poblados y luego, en la noche, locales habilitados para bailar hasta el amanecer.
Uno de los desentierros más convocantes que tienen lugar en la región sucede en el pequeño poblado de Uquía, con una imponente bajada de diablos desde uno de los cerros que lo rodean, antes y luego de lo cual tiene lugar un gran baile popular donde los presentes se llenan de talco, serpentina y pinturas con colores que contrastan con los ocres del paisaje quebradeño.
"Este es unos de los carnavales más representativos, no sólo del norte sino de toda la provincia, por la bajada de los más de 400 diablos desde el cerro", contó a Télam Vanina Vilte, presidenta de la Asociación Los Alegres de Uquía, comparsa anfitriona del desentierro que reunió, según estimó la organización, a unas 5.000 personas.
El espectáculo visual se inició, como cada año, desde el Cerro Blanco, donde los integrantes de la comparsa, vestidos con coloridos trajes de pujllay, esperaron hasta pasada las 17.30 el lanzamiento de una bomba de estruendo que le dio piedra libre para el descenso, mientras una banda de música ejecutaba carnavalitos con instrumentos autóctonos.
"Si no es el más importante es al menos el más convocante por lo atractivo de la bajada de los diablos, pero también por lo que ello simboliza, que es que vienen desde arriba, pidiendo permiso a Dios y a la Pachamama para desenterrar al diablito de la alegría", explicó a Télam Memo Vilte, cantor jujeño que se sumó con su música a la jornada.
Los Alegres de Uquía es una de las comparsas más importantes de la Quebrada, con historia desde 1940, lo cual es un plus para que los turistas y los mismos jujeños elijan el poblado para festejar el Carnaval y se empapen de los ritos acordes a la tradición oral que se celebran en el lugar.
Vilte señaló que a partir de hoy los diablos quedarán sueltos por las calles de la ciudad por nueve días, "tras lo cual tiene lugar otro gran evento cultural cargado de tradición, que es el entierro de los Pujllay, a los cuales se les tira, sin animosidad, piedras y manzanas para que se vayan y venga la pascua".
Las celebraciones del Carnaval se remontan a períodos prehispánicos y están vinculadas a la festividad de la abundancia en el tiempo de las cosechas, expresión cultural a la que se sumó la procedente de tierras europeas, generando una mixtura tan fuerte que dio origen al "carnaval andino", con la presencia de occidente en el actor principal: el diablo.
La esencia del Carnaval norteño está basada en rituales, ceremonias, símbolos y valores, como el de agradecer a la Pachamama por los productos y por la vida misma, en razón de lo cual el rito de agradecimiento a la Madre Tierra forma parte de la jornada carnestolenda junto al desentierro de los diablos de los tradicionales "mojones".
A diferencia de los carnavales que sólo se pueden disfrutar como espectador, en otros lugares del país, el del norte permite compartir la fiesta en un plano de total participación del público, con festejos que culminarán, este año, el primer domingo de marzo, con el entierro del Pujllay. etiquetas

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